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YPF: el Gobierno asegura que Cambiemos llevó adelante una estrategia para debilitar y “desempetrolar” a la empresa

Esta semana, YPF presentó sus resultados operativos con pérdidas de $85.000 millones, como consecuencia de la caída en los precios internacionales del petróleo y la baja demanda de combustibles en de las medidas de aislamiento en el marco de la pandemia de coronavirus.

Desde el oficialismo miran los números rojos de la petrolera de bandera y señalan la pesada herencia que recibieron de la gestión anterior: aseguran que durante los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri, YPF tuvo una caída en los principales indicadores de producción y perdió su posición y su rol de liderazgo en el mercado. Creen que se llevó adelante una estrategia adrede para “desempetrolar” a YPF, con inversiones sin foco que no prosperaron, y con la intención de transformarla en una empresa de energía integral. “Una más del mercado”, aseguran.

Algunos de los números que manejan en la empresa sobre la gestión anterior muestran que la producción de crudo cayó un 10% y la producción de gas tuvo una baja de 9% entre 2016 y 2019. En ese período también cayeron las reservas de crudo (-10%), las reservas de gas (-30%) y se redujo la participación de mercado gas no convencional (que pasó de 50% al 35%).

También comparan los datos de la gestión de la empresa durante el gobierno de Mauricio Macri y la gestión durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner donde, por el contrario, hubo un crecimiento de la producción y de las reservas. En ese contexto, aseguran, la inversión de la empresa entre 2012 y 2016 fue de $6.600 millones mientras que entre 2016 y 2019 se redujo a $3.500 millones.

En la comparación de períodos, señalan que la producción de crudo creció 10% (2012 – 2016) y cayó la misma cifra en los años macristas, con reservas de crudo que saltaron de +15 a -10. En gas, se pasó se una producción que creció 29% a una caída de 9 por ciento.

“Si en cuatro años seguimos como el macrismo dejó a YPF, vamos a tener un déficit energético del 5%. Si cambiamos esa tendencia, y ponemos a YPF a producir petróleo y gas, podemos lograr tener una balanza energética superavitaria”, estiman en despachos oficiales.

En una entrevista reciente con Infobae, el ministro de Economía Martín Guzmán hizo referencia a la situación de la compañía. “El tema de las tarifas se deberá resolver de manera integral, manteniendo equilibrios. Eso es lo que no pasó en la administración anterior. Ahora estamos en una clara emergencia económica, cuando ceda habrá definiciones sobre esos esquemas. Luego está el rol estratégico que YPF tiene que tener para el desarrollo del sector. Sus números en los cuatro años pasados son dramáticos, con caídas de todos sus indicadores”, aseguró.

También Sergio Affronti, actual CEO de la empresa, mencionó que los últimos cuatro años de gestión dejaron una YPF frágil, que se vio aún más complicada con la pandemia. Lo hizo en una reunión virtual con inversores.

Las ventas de naftas cayeron un 85% en la última semana de marzo y a partir de ese momento fueron repuntando gradualmente estabilizándose en el mes de julio con una caída de entre 40 y 45%. En el caso del gasoil, llegó a tocar una caída máxima del 50% para luego estabilizarse en torno a una caída del 20% en las últimas 10 semanas.

“Pensamos que los precios de los combustibles necesitan algún ajuste para reforzar nuestra capacidad de generación de caja, que es lo que necesitamos para mejorar mejorar el capex que es crítico para revertir la tendencia de declino de la producción. Sin embargo, al mismo tiempo, necesitamos mantenernos realistas sobre la situación integral y el entorno económico en que el país está inmerso, en particular desde el brote del Covid-19″, señaló.

Sobre los números recientes de la empresa, el CEO advirtió que hubo malos resultados como el resto de las compañías del mundo producto del Covid-19 pero también mencionó “problemas de arrastre” como consecuencia de las decisiones de la gestión macrista. El directivo destacó el contrato de la barcaza de licuefacción de gas con la empresa belga Exmar Energy que dejó la empresa endeudada a altísimas tasas, con una inversión retraída en un 44% en los últimos cuatro años y un 14% menos de ganancias. De esta manera, 2019 terminó con un rojo de 33.000 millones.

Según detalló, el nivel de deuda heredado supera en 2,7 veces el flujo de ingresos de la compañía en un contexto financiero con todos los mercados cerrados. Por eso, en julio se llevó a cabo un canje de deuda que alcanzó una alta adhesión.

Menos producción, menos ingresos, menos inversión

En off the record, las fuentes oficiales aseguran que durante el macrismo la empresa fue gestionada con la idea de que era una más del mercado y se desdibujó su rol de liderazgo de la industria. Pero además, afirman que se la perjudicó operativa y financieramente.

Entre 2016 y 2019, la compañía perdió más de 10 puntos de participación en el mercado de la producción de gas. En el sector, lo atribuyen a la aplicación de la resolución 46 y el subsidio que el Estado le dio a Tecpetrol —la empresa petrolera del Grupo Techint— para que desarrolle su proyecto de gas no convencional. “La visión financiera del negocio de YPF generó un circulo vicioso. Menos producción, menos ingresos, menos inversión y se reiniciaba el ciclo”, explicaron.

El balance que realizaron sobre la gestión anterior muestra que el volumen del negocio de YPF terminó siendo un 30% más chico en dólares que el que se manejaba cuatro años antes. Esta situación afectó el nivel de endeudamiento. Mientras YPF se achicaba, se necesitaba una porción cada vez más grande de su volumen de negocios para pagar la deuda.

Como contrapartida, se generaba una transferencia de ingresos del Estado hacia otros sectores, como las empresas distribuidoras de electricidad y de gas. “Mientras las tarifas de electricidad aumentaron un 1802% y las de gas un 108%, los combustibles, que son la fuente de ingreso más importante que tiene YPF, aumentaron un 34% en dólares”, detallaron.

También criticaron que durante la gestión anterior la empresa haya realizado inversiones que no formaban parte de su negocio principal. En vez de concentrarse en producir más petróleo y gas y ser la locomotora del desarrollo de Vaca Muerta, se destinaron recursos a otros sectores que no formaban parte del core business de la empresa.

Por ejemplo, YPF destinó USD 100 millones de dólares de su caja para la compra de la central Barragán, que hoy es investigada judicialmente. O la barcaza de GNL ubicada en el puerto de Bahía Blanca, que no generó ganancias: estiman que, además, deshacerse de ese negocio puede costar cifras millonarias.

También se critica la estrategia de marketing liderada por Carlos Menendez Behety e Ignacio Peña, hermano del entonces Jefe de Gabinete Marcos Peña. Entre otras medidas, se organizaron viajes a empresas tecnológicas en Silicon Valley, donde participaron 12 ejecutivos. “En esa ronda de viajes fue para conocer lugares que poco tenían que ver con la industria del petróleo y gas. Los ejecutivos fueron también al Disney Institute”, recordaron.

Destacaron el punto culminante de esa estrategia de “desempetrolar” a YPF fue el anuncio del lanzamiento de un Fondo de Inversión de Riesgo, YPF Ventures. “Ese fondo, destinó ingresos de YPF para cerrar un acuerdo con la empresa de monopatines de Estados Unidos BIRD, con la finalidad de ser su brazo de distribución en la región”, aseguran.

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