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Volvía a su casa caminando, lo detuvieron y fue torturado más de cinco horas

Jhonatan Emiliano Barreiro fue golpeado cuando estuvo varias horas alojado en la comisaría segunda. “Temo por mi vida”, dijo.

Barreiro tiene 32 años y acudió a NORTE para denunciar el sometimiento a golpes que sufrió cuando, por un hecho que no cometió, según su denuncia, fue detenido por personal de la comisaría segunda de Barranqueras, cuando regresaba a su casa.

El hombre fue aprehendido el 1 de enero después de las 7, tras volver del domicilio de un amigo, y al llegar a calle Arturo Illia y calle Sauce, a una cuadra de su casa, dos agentes policiales descendieron de la camioneta y lo detuvieron. Contó que ellos lo conocen porque lo llamaron por su apellido, pero no sabe quiénes fueron son los policías que se lo llevaron.

Cuando los agentes lo interceptaron, de acuerdo a la denuncia radicada por Barreiro, le preguntaron por una moto de la que no sabe nada. Obviamente se trata de un robo, pero el denunciante dice no tener nada que ver con el hecho que lo tuvo esposado desde las 7.30 hasta las 13, y soportando todo tipo de torturas.

Una vez ya en la seccional portuaria, lo ubicaron en una “habitación donde guardan hielo” y comenzó la mecánica de “ablande” para que cuente sobre el rodado sustraído. Sin embargo pese a las insistencias del personal que lo rodeaba, Barreiro no pudo contar nada.

Recuerda que eran cinco policías, a los que identificó como Matías Colman y un tal “Cascara”, deja constancia en acción penal iniciada en la Unidad de Atención a la Víctima y al Ciudadano, con sede en la avenida 9 de julio 318. La causa que se abrió contra los uniformados tiene número de expediente 262/2020-1 y a partir de allí, deberá intervenir un fiscal de investigaciones.

La víctima padeció seis horas de maltrato físico: “Me ahorcaban, me pateaban por las costillas con sus botas, me dieron golpes por todo el cuerpo”, precisó Barreiro a NORTE.

Además, dijo por los apremios, “estuve a punto de convulsionar y escupir sangre”.

Una vez que acabaron con los golpes, cerca de las 14 fue trasladado hasta Sanidad Policial, y dejó constancia de los hematomas a causa de la tortura. A las 22 fue puesto en libertad, acusado de cometer una contravención.

Pero el trauma iba a ser mayor para Barreiro, porque el 7 de enero, o sea seis días después, cuando se dirigía con un conocido al kiosco que está a una cuadra de su casa, cuatro policías en dos motos, lo redujeron y nuevamente fue golpeado, porque no tenía información del robo del que acusan.

“No puede hacer una vida tranquila, estoy muy preocupado, siento mucho miedo, pero si algo me pasa, hago responsable a Graciela Noemí Duarte, que es la jefa de la comisaría donde estuve detenido y al jefe de Investigaciones”, concluyó Barreiro.

Fuente: Diario Norte.

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