«Vamos a echar a los policías que participen en la protesta»: la advertencia del gobierno de Misiones
En la noche del miércoles fue Patricia Bullrich quien dijo que los policías de Misiones están “fuera de la ley”. Y esta mañana, en la misma sintonía pero en el territorio del conflicto, el ministro de Gobierno local anunció directamente que echará a los miembros de la fuerza que participan en la protesta.
El ministro Marcelo Pérez dijo que “la sublevación de policías es inadmisible” y advirtió que los policías que se plieguen a la medida de fuerza serán apartados de la fuerza.
“Vamos a echar a los policías que participen de la protesta”, anunció este jueves 23 de mayo en una entrevista con radio La Red. Por el tono y el contenido, la advertencia parece constituir una carta fuerte para presionar y forzar un desenlace del conflicto.
En la noche del miércoles Patricia Bullrich había dicho que la policía «no puede ser piquetera» y que el reclamo en Misiones es «inadmisible» y está «fuera de la ley».
Pese a dejar su opinión, la ministra desligó al gobierno nacional de la resolución del conflicto. «Hay que separar el conflicto que tiene la provincia con distintos sectores sociales, que es algo que debe arreglar la provincia, con la sublevación de una parte de la policía, que es inadmisible, está fuera de la ley. Por eso habilitamos un comité de crisis y estamos apoyando con fuerzas federales en las ciudades donde falta la Policía y que no sufra la población las consecuencias de la huelga», dijo a TN.
«La policía no puede hacer huelga y tiene que tener otros canales para reclamar sus salarios. Es inadmisible lo que hacen y por eso enviamos fuerzas federales que están ayudando a cuidar a la gente y esperar las instrucciones que el gobierno de Misiones tiene que dar. El 80 o 90 por ciento de la policía no está en huelga. La policía no puede ser piquetera», se explayó.
Conflicto en Misiones: los acampes y una negociación difícil
En las últimas horas, el conflicto con los empleados públicos de Misiones siguió escalando. Hubo tomas de edificios públicos como el ministerio de Salud local y se fueron sumando sectores estudiantiles y del sector productivo.
Los que siguen en la calle insisten en que si no reciben un aumento del 100 por ciento en sus salarios no piensan abandonar la protesta.
Los acampes en el centro de la ciudad se mantienen, mientras que la negociación del Gobierno provincial con los policías parece empantanada.