El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; el jefe de gabinete de asesores, Leonardo Madcur; y el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri; integrarán la delegación que viajará mañana rumbo a la capital norteamericana.
El ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo hoy un largo diálogo telefónico con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, para intentar avanzar en el acuerdo, y se presume que viajaría a los Estados Unidos para firmar el acuerdo el próximo viernes, añadieron los portavoces de la cartera económica.
Las negociaciones en curso entre el FMI y la Argentina para reformular el programa suscripto en marzo de 2022 llevan casi tres meses.
El jefe del Palacio de Hacienda había señalado días atrás que la Argentina «está muy cerca» de acordar con el FMI y había asegurado que ese entendimiento se iba a lograr «defendiendo una idea de país de desarrollo con inclusión, sin resignar la capacidad soberana y sin rendirse al altar del ajuste fiscal».
La Argentina solicitó la reformulación del programa y adelantar desembolsos, como consecuencia de la sequía que afectó el país y que comprometió ingresos por casi 20.000 millones de dólares en exportaciones.
«Negociar con el Fondo por estas horas -resaltó Massa-, requiere una mirada propositiva, tener convicción respecto de que la Argentina es un país con obligaciones que cumple, pero un país soberano. La determinación de saber qué se defiende a la hora de negociar y la convicción de saber cómo se fijan prioridades».
Fortalecer el programa
La vocera del FMI, Julie Koszack, había manifestado el jueves último que «el foco de estas discusiones son alternativas para fortalecer el programa de las autoridades».
«Mientras se reconoce el impacto de la sequía en la economía, y esto incluye la revisión de políticas para salvaguardar la estabilidad, fortalecer la acumulación de reservas, mejorar la sustentabilidad fiscal y salvaguardar a los más vulnerables», sostuvo Koszack.
A pesar de la crisis que enfrenta en materia de reservas, la Argentina apeló a mecanismos que se encuentran a su alcance para seguir cumpliendo con sus compromisos con el FMI, y hasta recurrió a mecanismos ad hoc, como pagar con DEG y yuanes, estos últimos gracias al swap implementado con China.
Kozack tampoco había dado precisiones sobre los plazos de las negociaciones y, al ser consultada acerca de si podrían terminar antes del tradicional receso de verano estadounidense, que comienza en agosto, solo se había limitado a señalar que «los equipos están trabajando intensamente para lograr completar la quinta revisión pero las «discusiones son profundas».