Una familia mendocina desarrolló el primer vino sin gluten del país
La desolación de un aeropuerto sin nada que comer fue lo que impulsó a dos familias mendocinas a desarrollar el primer vino libre de gluten y apto para celíacos que logró la certificación del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
La iniciativa de elaborar vinos libre de gluten con el nombre de «Ananías» tiene dos pilares, por un lado Adrián Barberis, dueño de la bodega y por otro el matrimonio compuesto por Cristian Sánchez González y Paola Pagano, quien es celíaca, los mismo que dos de sus tres hijos.
Barberis es la primera bodega del país que elabora vinos bajo la leyenda «Libre de Gluten», sin Trigo, Avena, Cebada y Centeno (T.A.C.C.), certificados con el símbolo obligatorio establecido en el Código Alimentario Argentino (CAA) y los comercializa según los requisitos del INV y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, (INTI).
La innovación de un vino para celíacos surgió a partir de un viaje de una de las hijas de Pagano, Paulina, quien viajó a Grecia en febrero del año pasado y no encontró en el aeropuerto alimentos y bebidas libres de gluten para consumir. Esa desolación frente a no tener que comer fue la que inspiró a su madre a elaborar un varietal de este tipo.
En este sentido, Pagano contó: «Estamos muy agradecidas de la vida de cumplir este sueño, yo veía una necesidad de ver en el mercado un producto de este tipo, libre de gluten con el nombre de «Ananías».
Desde el 2012, Pagano buscaba la elaboración de un producto para celíacos y gracias a la infraestructura y la participación de Bodegas Barberis y el enólogo Rolando Lazzarotti pudo lograrlo.
«Elegimos el nombre «Ananías» porque es un nombre hebreo que significa Dios es misericordioso, buscábamos un nombre que pudiera ser universal y que se sintieran todos identificados y que sea contemplado dentro del segmento de ortodoxos, musulmanes y católicos», explicó Pagano.
Desde el año pasado Barberis elaboró y certificó 6.000 botellas libres de gluten, en la variedad de Malbec y Blend, en un predio de unos 40 hectáreas, en la bodega ubicada en la localidad mendocina de El Sauce, a nueve kilómetros de la capital provincial.
Los emprendedores, además de innovar en el proceso de elaboración de su varietal comercializan el producto en una franja de $180 y $200, un precio relativamente accesible en comparación con los altos costos que suelen tener los productos para celíacos.
Finalmente Barberis contó: «Este producto despertó el interés en países como Panamá, EEUU, Chile y Alemania, debido que aún no certifican, hasta el momento, vinos de este tipo.
Fuente: Télam