Tras su reunión con Wall Street, Guzmán aseguró que Argentina está alineada financieramente y dijo que «le fue muy bien»
Enviado especial a Nueva York – El ministro de Economía, Martín Guzmán, compartió hoy en Nueva York un desayuno reservado con un nutrido grupo de banqueros, inversionistas y empresarios en el que debió encarar dos grandes dudas de su auditorio: cómo llegará a conseguir una renegociación de la deuda antes del 31 de marzo, fecha límite establecida por el gobierno argentino, y qué impacto tendrá en ese proceso la incierta situación del bono BP21 de la provincia de Buenos Aires, que podría dejar en default al principal distrito del país.
El desayuno tuvo lugar en la sede del Council of the Americas (AS/COA), en el elegante Upper West Side neoyorquino. Susan Seagal, titular de la entidad y de buenos vínculos con el gobierno argentino, organizó el encuentro y pudo darse por satisfecha en el rol de anfitriona: fue un evento sold out, el salón estuvo colmado.
“Nos fue muy bien”, es lo único que le dijo a Infobae y otros medios presentes en el lugar, al finalizar el evento. Según presentes, el ministro reafirmó la fecha del 31 de marzo como tope para la negociación y habló de dos etapas: una primera, de orden, y una segunda en la que se habrá un plan integral, del que no dio datos. “Plan integral” y “consistencia” fueron dos de las palabras más usadas por el ministro en las dos horas de reunión.
A la hora de las preguntas, hubo insistencia por cuestiones fiscales, pero Guzmán no dio mayores precisiones sobre la estrategia a seguir en ese punto por el gobierno nacional.
Guzmán se retiró sonriente en una camioneta negra, acompañado del representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, y un asistente personal del ministro. La anfitriona despidió con un cálido abrazo a ambos funcionarios en la puerta del edificio.
Presencia en el Council
Entre los presentes, unas 50 personas, estuvieron Pablo Golberg, del fondo Blackrock; Gerardo “Gerry” Mato, presidente para América Latina de HSBC; y representantes de Bank of America y JP Morgan, entre una larga lista de instituciones. Entre los empresarios argentinos se pudo ver a Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América.
Una preocupación que estuvo presente en el evento del Council of the Americas es la posibilidad de un ‘efecto contagio’ si el gobernador Axel Kicillof no reúne las voluntades suficientes para evitar una situación de impago de los USD 250 millones del bono BP2
El profundo interés por la situación argentina no se limitó a conocer cuál serán las condiciones de la oferta que la Argentina pondrá sobre la mesa para negociar su deuda. Muchos inversores expresan abiertamente que la Argentina no tiene un plan económico definido y que, si bien sus primeras medidas apuntaron a cierta cautela en lo fiscal, no es claro qué medidas le permitirán crecer.
En ese sentido, Guzmán –a quien los presentes destacaron como un muy buen expositor, “calmo y decidido”– no aclaró demasiado. Cuando le preguntaron por el plan económico para el país aseguró que “no es momento para hablar de esas cosas hasta que se estabilice la economía”. Además, destacó que «Argentina está comprometida con el orden occidental, con el sistema económico”.
“Me llamó la atención que cinco veces el ministro nos pidió a los presentes que tengamos ‘buena fe’ en el contexto de la renegociación. ‘Si hay buena es una señal de que todos estamos haciendo juntos el esfuerzo’, dijo”, le aseguró a Infobae uno de los presentes.
“Habló de orden y objetivos. Está bien, hay buena voluntad de parte de los sectores financieros, el resto queda en manos nuestras. Hizo una charla original, explicó y le preguntaron por el plan y dio algunos detalles, fue coherente, pero milagros no hay. Generalizó pautas de la deuda y dijo que dentro del marco del crecimiento todo es viable y factible”, detalló Eurnekian en la vereda del Council, al retirarse del evento. Ante Infobae fue más directo aún: “No va a ser fácil”, analizó aseguró
La postura del ministro
Hacia allí se enfocó la postura del ministro. Guzmán advierte que el país primero deberá crecer y luego podrá empezar a pagar. En ese sentido, los tenedores de deuda siembran dudas acerca de la consistencia del programa, más allá de las condiciones particulares de la deuda que tendrá como ingrediente principal un plazo de gracia.
Otra preocupación que estuvo presente en el evento del Council of the Americas es la posibilidad de un “efecto contagio” si el gobernador Axel Kicillof no reúne las voluntades suficientes para evitar una situación de impago de los USD 250 millones del bono BP21. Un default de la provincia, estiman los inversores, sería de un impacto muy negativo para la marcha de la negociación de la deuda nacional.
Cuando se le preguntó al ministro por la deuda bonaerense, el funcionario repitió argumentos: que se pidió un gesto de buena fe y que lo que se les solicita a los acreedores “no es mucho”, “sólo unas semanas” de paciencia.
“Local” en NYC
Guzmán arribó a una ciudad que conoce en detalle, ya que desarrolló gran parte de su carrera académica en la Universidad de Columbia. Arribó el domingo sin excesiva comitiva, apenas acompañado por un asistente personal. Hoy también se reunirá con representantes del Departamento del Tesoro de EEUU.
Justamente el FMI será su siguiente escala. Guzmán se reunirá el martes con el venezolano Luis Cubeddu, jefe de la misión del organismo para la Argentina, reemplazante de Roberto Cardarelli, el funcionario que llevó adelante la negociación del FMI con el gobierno de Mauricio Macri y derivó en un programa de USD 57.000 millones, el más grande que haya tenido el Fondo a lo largo de su historia. También participará de ese encuentro Julie Kozak, una funcionaria del Fondo que acredita experiencia en otras negociaciones complejas del organismo con países como Lituania, Islandia y Polonia.
Guzmán regresa a la Argentina el martes por la noche y pocos días después viajará a Roma, donde fue invitado a un seminario que organiza el Vaticano. Si bien no está confirmado, se podría reunir allí con Kristalina Georgieva, la titular del FMI, a quien conoció en persona en Washington pocos días antes de viajar al país para jurar como ministro de Alberto Fernández.