Tercer día de huelga contra la inflación en el transporte público británico
El transporte público del Reino Unido se vio afectado hoy por una nueva jornada de huelga, tras las movilizaciones del sector ferroviario del jueves y del subte de Londres ayer, en todos los casos para protestar contra la fuerte inflación y la pérdida de poder adquisitivo.
La medida de fuerza de hoy la llevan a cabo los sindicatos Rail, Maritime and Transport (RMT); Transport Salaried Staffs Association (TSSA) y Unite, por lo que estimaban que solamente circulará uno de cada cinco trenes que lo harían habitualmente en una jornada sin paro.
Las negociaciones con la multitud de operadores ferroviarios privados que hay en el país están estancadas.
El ministro de Transporte, Grant Shapps, acusado de bloquear la situación, culpó a los gremios de negarse a aceptar reformas para modernizar el sector y aseguró ayer que podrían ser impuestas por la fuerza.
La huelga de este sábado afecta sobre todo los desplazamientos de los turistas, de los hinchas de fútbol que quieran ir a ver partidos al estadio y de los asistentes a festivales veraniegos.
Se prevé que la circulación de trenes también se vea perturbada mañana por la mañana, precisó la agencia de noticias AFP.
«Creo que los británicos están bastante hartos de que este gobierno y los empresarios británicos los estafen, con compañías como BP (firma de energía) y British Gas registrando unos beneficios enormes mientras a la gente le cuesta ganarse la vida», declaró Mick Lynch, secretario general del sindicato RMT del ferrocarril.
El sindicalista aseguró además que el pueblo británico apoya a los trabajadores que realizan la medida de fuerza.
Se trata del mayor movimiento de huelga en décadas contra la inflación, que en julio alcanzó el 10,1% interanual y que podría superar el 13% interanual en octubre, de acuerdo a la estimación oficial del Banco de Inglaterra.
Mañana, los estibadores del puerto de Felixstowe (este), el mayor para el flete en el país, comenzarán un paro de ocho días, lo que podría interrumpir gran parte del tráfico de mercancías del Reino Unido.