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Temer se entregó en una sede policial tras su orden de regreso a prisión

El ex presidente brasileño Michel Temer se entregó hoy a la Policía Federal en San Pablo a raíz de un pedido de captura en la causa en la que se lo acusa de comandar una asociación ilícita que durante 40 años recaudó al menos 420 millones de dólares en sobornos y financiación ilegal de campañas.
Temer había sido detenido por cuatro días en marzo pasado, pero logró la libertad por un habeas corpus que fue revocado en la noche del miércoles por la cámara de apelaciones de Río de Janeiro, una medida que también involucra al ex policía Joao Baptista Lima Filho, considerado por la fiscalía como un testaferro del ex mandatario.
El ex presidente de 78 años, quien gobernó entre 2016 y 2018 tras la destitución de Dilma Rousseff, de la que era vicepresidente, se entregó por sus medios en la sede de la Policía Federal de Sao Paulo, dos horas antes de que venciera un ultimátum lanzado por una jueza bajo amenaza de hacerlo de detener por la fuerza pública.
«Siempre sostuve que no hay pruebas en todo este caso, que es insostenible», dijo Temer a los periodistas que hicieron guardia en la puerta de su casa, en el barrio paulista de Alto de Pinheiros.
No había manifestantes del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), partido que condujo durante dos décadas, en la puerta de su residencia, aunque sí estuvieron sus ex ministros Raúl Jungmann y el general José Etchegoyen, que no lograron verlo porque llegaron tarde.
Temer pidió ir a la prisión en San Pablo y no en Río de Janeiro como ocurrió la primera vez.
La decisión del tribunal federal de la segunda región de Río, que actúa como corte de apelaciones y revocó el habeas corpus inicial, fue apelada ante el Superior Tribunal de Justicia, tercera corte penal.
La causa original es un brazo de la Operación Lava Jato en Río de Janeiro, a cargo del juez federal carioca Marcelo Bretas, a quien se lo considera un sucesor del ex magistrado Sérgio Moro, hoy ministro de Justicia y Seguridad de Jair Bolsonaro.
Moro es quien encarceló al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, lider opositor condenado a 8 años y 10 meses de cárcel y preso desde el 7 de abril por delitos de corrupción.
Temer y Lima fueron detenidos junto a otras ocho personas el pasado 21 de marzo en el marco de la Operación Descontaminación, acusados de corrupción, peculado, lavado de dinero y asociación ilícita.
En la causa había sido detenido el ex ministro de Minas y Energía y ex gobernador de Rio Wellington Moreira Franco.
La acusación de la fiscalía indica que el grupo liderado por Temer cobró sobornos y sobreprecios de contratos de la estatal Eletronuclear con la constructora Engevix por desvíos en las obras de la planta atómica Angra 3.
El Ministerio Público sostiene que Temer, Lima y otros líderes del MDB, partido del ex presidente José Sarney, desviaron 460 millones de dólares en los últimos 40 años.
El ex presidente de Brasil enfrenta seis juicios ya iniciados por corrupción.
El regreso a prisión de Temer se produjo en medio de un revés sufrido por Moro y los activistas de la Operación Lava Jato en el Congreso.
Una comisión de la Cámara de Diputados le quitó al ministerio de Moro el control del estratégico Controlador de Operaciones Financieras (COAF) que había decretado Bolsonaro al inicio de su gobierno y se lo devolvió al Ministerio de Economía.
Fue un recado de la clase política en conjunto contra Moro, que ve su papel debilitado dentro del gobierno de Bolsonaro frente al titular de Economía, Paulo Guedes.

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