Soñaba con tener los glúteos perfectos, se puso implantes y terminó de la peor manera: «Pensé que me moría»
La mujer de 49 años sufre fuertes dolores desde hace más de un año y los médicos aún no pudieron brindarle un tratamiento y aseguran que su vida corre riesgo.
Una mujer de 49 años vive un infierno desde hace más de un año cuando decidió aumentar el tamaño de sus glúteos. A causa del tratamiento riesgoso al que se sometió, su vida corre peligro y sufre constantes dolores. “Pensé que me moría”, aseguró.
Ximena Hurtado López vive en Croydon, en el sur de Londres, Inglaterra, y en mayo del año pasado visitó un centro de estética para realizarse una reducción de venas varicosas.
Allí, el practicante que la atendió la convenció de aumentar el tamaño de sus glúteos, pero a partir de ahí todo fue un calvario. “Me dijeron que confiara pero fue una pesadilla”, manifestó en diálogo con el medio inglés The Sun.
El día de la operación, Ximena contó que el personal no tenía las agujas ni herramientas correctas, pero se sintió obligada a seguir adelante. “Me preocupaba desde el principio que algo no estuviera bien, ya que no parecían saber lo que estaban haciendo”, destacó.
“Se suponía que tenía que ponerme un anestésico, pero estaba en agonía desde el primer momento en que comenzaron a inyectarme las nalgas, el dolor era insoportable. En una escala del uno al 10, era un 10″, resaltó la mujer.
A las pocas horas del procedimiento se le desarrollaron varios bultos en los glúteos, pero cuando llamó a la clínica le dijeron que era una reacción normal. Sin embargo, unas semanas después uno de esos abscesos se abrió y dejó una herida que supuraba.
Tras esta situación volvió a comunicarse con quienes la operaron, pero le aconsejaron que no fuera al hospital sino que regresara allí para que le limpien la lesión.
Sin embargo, a los tres meses la herida volvió a abrirse y debió acudir al Guy’s Hospital donde le administraron antibióticos y le dijeron que su tratamiento no se había realizado correctamente. “Fue un terrible error que me generó que no pueda llevar una vida normal, si pudiera regresar el tiempo atrás no lo haría, me dejó un dolor constante en las nalgas y la espalda, pensé que me iba a morir”, resaltó.
Además, explicó que todavía no puede dormir boca arriba o sentarse durante largos períodos. Ximena demandó a la clínica y ahora se encarga de advertir a las personas que estén considerando en ponerse implantes. “Estoy muy preocupada porque los médicos realmente no saben qué me pasa, no sé qué hay dentro de mí o si se puede tratar”, lamentó.
“Si alguien está considerando ir a una de estas clínicas, diría que lo piense dos veces, pero si quiere seguir adelante, asegúrese de investigar primero”, manifestó.
Blanca Diego Casas, abogada que representa a Ximena, explicó: “Mi cliente ha sufrido terriblemente por causas ajenas a ella, pero el acusado en este caso se niega a comprometerse con nosotros a pesar de varios intentos. Esperamos que podamos resolver este asunto lo antes posible para que ella pueda seguir con su vida”.