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Sobre el Premio Desafío 2022 (y un tributo a Jorge Cura)

I

Que los hombres perduran en sus obras? Ciertamente

Que sus improntas sirven de modelo? Claramente

Esta introducción (aún inconexa) sirve para anoticiar la nueva edición del premio Desafío. Un clásico de la Bienal  del Chaco y de sus propuestas  más intensas.

Por varios motivos: porque es la juventud protagonista y en la instancia que llegan al Chaco desvisten toda su pasión; porque es un concurso de  desafíos ya que en 48 horas seguidas deben elaborar una escultura;  bueno, ahí ya hay dos razones sólidas…

El Premio  Desafío “Hierros Líder”, arranca  cuando la Bienal  va tornándose palpitante:  Este 19, llegan estudiantes de arte de 14 provincias argentinas que tendrán por desafío domar la madera chaqueña.

Las provincias participantes en esta octava edición son Buenos Aires, CABA, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Rio Negro, Salta, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Tucumán y Chaco.  Serán, entonces,  14  grupos de tres  jóvenes  que esculpirán un tronco de madera dura  en el lapso de 48 horas ininterrumpidas.

Contarán, sí, con todos los estándares de seguridad  a través de capacitaciones (seguridad y manejo de motosierras) previas al arranque de trabajo, este martes a las 11 hasta las 11 del jueves 21.

Y después, ya el jurado dictaminará el valor de las obras.

Se transcribe de una crónica del Premio Desafío 2018: “Sin dudas que el Premio Desafío toca la excelencia: equipamiento para los participantes tanto en vestuario como en herramientas y una capacitación previas con expertos. Un concurso dentro de otro gran concurso que permite abrevar de grandes maestros de la escultórica internacional. Jóvenes que desde la academia comienzan su  camino en el arte y tienen la suerte de participar de la Bienal del Chaco: una experiencia realmente poderosa”.

También viene a cuento -porque conforma la esencia del proyecto Desafío-  los consejos  de Fabriciano en la recepción  a los participantes: ““Van a hacer algo posible, tienen que luchar por el primer premio porque vienen a ganar, convencidos de su proyecto”. Y a continuación:  “los premios y la gloria son efímeros, miren el horizonte y transiten ese tiempo, como el que van a disfrutar en este certamen.”

II

Que Jorge Cura, era un empresario “genial”, humanitario, íntegro,  era vox populi;

que tenía una personalidad avasallante –cual su figura-, a ojos vista.

Era amigo de Fabriciano, colaborador espontáneo de la Fundación Urunday . El mismo Jorge contaba que en algún momento quiso participar de la Bienal de manera más  visible, más importante,  y que Fabriciano le ofreció que su empresa “Hierros Líder” sea mecenas de un concurso para estudiantes de arte .

Y contaba Cura que dijo “sí…bueno… “, pero que le quedó como una insatisfacción, como un algo falto de gracia ya que él venía  a ofrecerse  para auspiciar, por ejemplo,  algún premio del concurso internacional… Pero que ahora, que le tocaba compartir con esos jóvenes de tan distintas idiosincrasias y geografías,  llenos de energía y sueños , con ganas de aprender y experimentar , capitalizando cada instancia; esos estudiantes haciendo sus primeras armas en una bienal de las mejores del mundo… Decía Cura que  qué contento y orgulloso se sentía de ser un granito de arena del sueño/visión de Fabriciano tan teñido  de generosidad  y compromiso con las nuevas generaciones…

Eso que señalaba lúcidamente Jorge Cura es el premio Desafío para los jóvenes del país que llegarán en este invierno al Chaco, a  hacer sus primeras lides en un concurso de estricto corte formal,  teniendo por vecinos a grandes escultores latinoamericanos invitados y teniendo más allá a los escultores del mundo –consagrados  escultores                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             – en la misma faena.

Qué gran aprendizaje! Qué alta experiencia!

Qué generosidad, en suma, la del Chaco con el arte!

III

En cada cena de despedida del premio Desafío, no presidía desde una de las mesas Jorge Cura, sino que aparecía ante los ojos sorprendidos de los comensales el mago Chin Chu Lín (su alter ego) emprendiendo  trucos de magia, mezclados con inocentes  chistes. Y esa última noche de esa camada de jóvenes del país en Resistencia era… era una coronación de felicidad verdadera.

No olvidemos. Los hombres perduran en sus obras. Fabriciano y José, ciertamente son el alma de este concurso.

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