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San Lorenzo le ganó a Quimsa y quedó a un paso de un nuevo título

Hace cuánto no se veía una tribuna tan lujosa en el básquet argentino. No por su material, sino por sus ocupantes. Julio Lamas, Rubén Wolkowyski, Marcelo Milanesio, Nicolás Brussino, Carlos Delfino… Probablemente hayan estado en diferentes países, pero aparecieron en la pantalla estilo NBA de Obras, como espectadores virtuales. Fue una iniciativa de la Liga Nacional, vestida de gala para la tercera final, en la que se esperaba otro duelo parejo. Pero San Lorenzo se encargó de destrabarlo demasiado rápido para lograr diferencias clave que derivaron en el 89-66 con el que se adelantó 2-1 para quedar match point. Si gana este jueves, el Cuervo enhebrará el quinto título al hilo. Si no, habrá definitivo el sábado.

CASLA es un equipo que suele necesitar un tiempo para engranar, calienta las manos recién tras el descanso largo. Prueba de ello, en la derrota inicial sumó 1-9 triples en el primer cuarto; en su primer triunfo, 1-14. Ayer, 5-6 para un 27-16 inesperado. La bandera la llevó Romano (largó con los primeros 8 de su equipo, dos bombas incluidas; finalizó con 19) para que luego se acoplaran sus compañeros, incluso Hernández, con quien el ala pivote se había enojado por una falta en una cortina en ataque.

Quimsa estaba desconocido. Más allá de su 1-4 en triples en comparación con el rival, no logró encontrar su ritmo de recuperar y correr para estar cómodo en el juego y el marcador, lo cual es su arma letal. “Estamos parados”, decía el DT Sebastián González en el 17-8. San Lorenzo era el que controlaba el ritmo y, desde su defensa, forzaba pérdidas y malas decisiones de la Fusión.

La tendencia no se modificó y al descanso (53-31) los de Boedo se fueron con un 66% de cancha (18-27) contra apenas el 41 de Quimsa (12-29). Los porteños hasta dominaban los tableros (16-12 en rebotes) y los nervios: Gramajo, con el final del PT, pateó la pelota como si fuera un futbolista; los árbitros se apiadaron de su bronca.

Antes del tercer cuarto, San Lorenzo estaba en cancha calentando y González todavía les estaba hablando a sus dirigidos para convencerlos de que podían darlo vuelta y demostrar por qué fueron los mejores de la fase regular, incluso con dos victorias sobre su adversario de la definición. Sin embargo, la brecha se mantuvo porque CASLA seguía jugando en equipo (los cinco titulares estaban en dos dígitos; en Quimsa, solo Robinson y Gramajo).

En la mitad del parcial, San Lorenzo sacaba 20 (63-43), hasta que se durmió una siesta, bajó el porcentaje de lanzamientos, Quimsa mejoró abajo y tomó confianza para meterla arriba para lograr un parcial de 13-0 en 3m30 y así se acercó 63-56. Al cuarto se fueron 69-56 con un lindo globito del Penka Aguirre. ¿Estaba abierto? No. Ya en el cuarto, San Lorenzo volvió a tomar el control, a manejar los tiempos, un juego cansino pero efectivo y hasta con algún rebote ofensivo para darle segundas chances. Así, con un Vildoza goleador (20), a 4m46s ya había recuperado una buena ventaja (79-60), la cual le sirvió para cerrar con la historia a su favor.

Fuente: Olé

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