Salía de la escuela y murió atropellado por un motochorro
Ocurrió en Villa Soldati. La víctima, de 14 años, fue embestida por un delincuente que escapaba de un robo. El adolescente agonizó dos días
Alfredo Leonardo Aponte (14), o «Leíto», como le decían en su casa en Lomas de Zamora, siempre le comentaba a su padre la cantidad de robos que sufren sus compañeros al entrar al colegio al que asistía en el barrio porteño de Villa Soldati. Por eso, el hombre religiosamente se levantaba todos los días para acompañar al adolescente y su hermana melliza hasta la escuela.
Los chicos siempre se las arreglaban para volver a casa juntos y así evitar ser un número más en la larga lista de asaltos. Sin embargo, el martes de la semana pasada la rutina se vio abruptamente alterada por un nuevo hecho de inseguridad. Ese día, Alfredo salió del colegio y cruzó la avenida Cruz para esperar el colectivo, pero antes de llegar a la parada del Metrobus, un motociclista lo atropelló y lo hirió gravemente. Tras más de 48 horas de agonía, murió en el Hospital de Niños «José María Gutiérrez».
Según dijo el padre del chico al diario Clarín, «la versión es que el motoquero conducía a toda velocidad y cruzó en rojo porque venía de robar». La causa quedó caratulada como «homicidio culposo» por la jueza Yamila Bernan, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 8.
Tras el hecho, fue detenido un adolescente de 18 años, que también sufrió heridas. El joven tiene antecedentes y por el momento permanece detenido. La moto estaba a nombre de un familiar. Vecinos cuentan que en realidad eran dos motos. La hipótesis que se maneja es que escapaban porque minutos antes del accidente una mujer fue asaltada adentro del predio de la escuela por dos motochorros. «Mis hijos estaban preocupadísimos. Se la pasaban comentando los asaltos que padecían sus compañeros al entrar o salir del colegio», dijo el hombre.
«Mi hijo tenía un proyecto, un futuro. Quería ser ingeniero en mecánica industrial. Era un apasionado de la industria automotriz. Su sueño era recibirse y poder comprarse su primer autito y poder trabajar de eso. Estaba en segundo año. Además, quería formar una familia y tener su hogar, que es lo que siempre le enseñé», dijo el padre sobre el único varón de sus cinco hijos.
Ayer, los compañeros de «Leíto» y los alumnos del colegio recordaron al chico con carteles que exigieron justicia y más seguridad en el barrio. También dejaron velas blancas sobre el lugar donde cayó, mientras que el sacerdote de la parroquia los bendijo. En el establecimiento educativo pidieron policías en la entrada de la escuela, ya que desde que comenzaron las clases asaltaron a siete alumnos.