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Rusia llama a detener la guerra en Ucrania y advierte sobre la escalada nuclear

“En Washington, en Bruselas y en Londres saben qué tienen que hacer si ellos realmente quieren la paz”, afirmó este miércoles en videoconferencia a TELAM Andréi Klímov, vicepresidente del Comité de Relaciones Exteriores del Consejo de Federación (Senado de Rusia) y titular del subcomité de interacción con los BRICS.

“Si ellos quieren la continuidad de la guerra (en Ucrania) -advirtió- van a seguir recibiendo cada vez más problemas desagradables. Ellas sólo van a aumentar. Ahora culmina la cumbre de la OCSh y, pienso, usted se va a convencer de esto”.

Klímov, quien también es el subsecretario general del oficialista “Rusia Unida”, se refería a la reunión cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCSh), también conocida como la “OTAN Oriental”, que reúne esta semana en Samarkanda, la antigua ciudad uzbeka capital del imperio de Tamerlán, a los jefes de estado de Rusia, China, India, Irán, Paquistán, Turquía y Belarrús, entre otros.

La alusión de Klímov está directamente vinculada con las recientes maniobras militares rusas en el Lejano Oriente, donde además participaron 50.000 efectivos de 14 países integrantes de la OCSh, en ejercicios que abarcaron tierra, mar y aire.

El político ruso condenó el masivo suministro de armamentos al régimen de Kíev. “Una de las tareas principales de la operación militar especial -subrayó- es la desmilitarización de Ucrania. De acuerdo con mis cálculos, hacia finales de la primavera (boreal) nuestras tropas habían liquidado prácticamente todo el armamento que tenía Ucrania a principios de la operación. Es decir que si no hubiesen recibido armas de la OTAN, todo habría terminado. Estoy convencido de que Ucrania sería un estado neutral, tendría paz, la gente no moriría y no habría destrucciones. Pero por cuanto el armamento continúa siendo suministrado, la desmilitarización continúa. Es más, si antes eran armas con un reducido radio de acción, algunos kilómetros, ahora se entregan armas que tienen un radio de hasta 1.500 kilómetros. Por supuesto, en estas condiciones nuestro trabajo de desmilitarización cambia inclusive a cuenta de que nuestras fuerzas armadas están obligadas, lo subrayo, a liquidar este tipo de armas lo suficientemente lejos de las fronteras de las repúblicas populares del Donetsk y de Lugansk, de la Península de Crimea y de otros territorios de Rusia. Es una medida obligada”.

Klímov citó un “simple ejemplo” respecto del suministro de armas. “Imagínese usted -dijo- lo que ocurriría con un estado fronterizo con los EE.UU. que comenzara a disparar misiles sobre el territorio norteamericano. Recuerdo que los Estados Unidos utilizaron bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki, muy alejadas del territorio estadounidense. Pienso que ese estado se convertiría en cenizas en el curso de una hora u hora y media. Los norteamericanos matan con misiles en territorios extranjeros líderes extranjeros que expresan alguna crítica o representan una amenaza desde el punto de vista de Washington. Ellos simplemente asesinan con cohetes a gente en otros países, sin pedir siquiera permiso a sus gobiernos. Es así como ellos se ocupan de las discusiones internacionales. Nosotros nos comportamos de un modo totalmente distinto. Nos atenemos al Estatuto de la ONU”.

El parlamentario ruso negó enfáticamente que su país ataque la central atómica de Zaporozhie. “La custodiamos y defendemos de los bombardeos por parte de Ucrania”, puntualizó. Desde marzo la central está bajo el control ruso aunque su personal sigue siendo ucraniano. Klímov reiteró lo que viene afirmando Moscú en Naciones Unidas: “Rusia no va a bombardear un territorio que ella misma ocupa. No hace falta ser un gran especialista en arte militar para darse cuenta de ello”.

Reiteró que “ahora en el territorio de la central están los representantes de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica), ellos ven perfectamente todo, lo comprenden, pero en sus documentos e informes no denuncian quién es el que ataca la central atómica. Esto es muy importante de entender”. Respecto del anuncio hecho por el argentino Rafael Grossi, titular de la AIEA, sobre el inicio de consultas con Rusia y Ucrania para la salvaguarda de la central, Klímov afirmó que “es extraño solicitarnos iniciar alguna tratativa cuando simplemente hay que exigirle a Ucrania dejar de bombardear la central. No se trata de negociaciones, se trata de que toda la comunidad internacional reclame a las tropas ucranianas que cesen los ataques sobre las instalaciones de la usina nuclear. Por su parte Rusia, como miembro de la AIEA hace todo lo posible para que los expertos de la Agencia puedan trabajar; para que la central nuclear de ninguna manera dañe el entorno y no incida sobre la vida y la salud de la gente. En este sentido, hablando en modo figural, la pelota está en el campo de Ucrania y en el de aquellos que respaldan a Ucrania en esta acción terrorista de bombardeo a la central”.

Klímov también comentó la creciente tendencia informativa que da cuenta de algunos nuevos intentos de reiniciar las negociaciones de paz. “Esas negociaciones -dijo- hay que llevarla con gente que puedan tomar decisiones, gente de las que algo dependa. El señor Zelensky, según dicen, es un buen actor. Mantener negociaciones con un actor, a mi modo de ver, es contraproducente. Es bueno para el show, es bueno en las pantallas de los parlamentos, cuando interviene o recibe y acompaña a otros actores que llegan de la Unión Europea y cumplen con el papel de dirigentes de Francia, Gran Bretaña o Alemania y en la práctica sólo leen lo que les escribe Washington. ¿Quizá nos resulte más productivo hablar con los guionistas, con los directores? Ocurre que ellos por ahora no están listos para esto. Consideran que mientras en Ucrania esté esta gente puede prolongarse esta monstruosa política. Pero el señor Zelensky, si el mismo cree en que él es el presidente, hace rato que recibió por escrito todas nuestras propuestas. Hace rato que conoce todas las condiciones y lo único que debe hacer es decir si está o no de acuerdo con ellas. Pero en lugar de esto negocia no con nosotros sino que pretende crear una suerte de coalición de estados -al parecer hasta con la participación de Australia- que debe asegurarle la seguridad de Ucrania».

“Debo decirle que la única garantía real de seguridad para Ucrania, como estado soberano, fueron los acuerdos de Minsk (suscriptos en 2014 y 2015 por Ucrania, las repúblicas independientes, Rusia, Francia y Alemania y que marcaban la salida política del conflicto interno ucraniano, HK).Zelenskii se negó a cumplirlos. Los restantes hicieron ver que lo cumplen, y el simplemente se negó. Esto lo anunció públicamente en febrero de este año, poco antes del inicio de la OME, en la conferencia de seguridad de Munich. En ese mismo discurso amenazó a Rusia con el arma atómica que él quería recuperar siguiendo viejas tecnologías soviéticas (en la antigua URSS, Ucrania era una de las repúblicas que disponía de armamento nuclear, luego desactivado por los acuerdos de Budapest tras la caída de la URSS, HK). Dicen que existen políticos lunáticos, me parece que esto se refiere a él. Por supuesto que hay que mantener negociaciones pero, a mi modo de ver, sólo pueden ser negociaciones de capitulación, si hablamos del régimen de Zelensky”.

En cuanto a la mentada contraofensiva de las tropas de Kíev, Klímov afirmó que “cumpliremos todas las tareas que se plantearon ante nuestra operación. Nosotros no tenemos simplemente otra variante. ¡No la tenemos! Todas las variantes estuvieron en la mesa de negociaciones en el curso de muchos años. Todos los bloques parlamentarios de Rusia comparten este punto de vista. Ahora estamos determinando los métodos en que ejecutamos la desmilitarización y desnazificación de Ucrania. Esto está vinculado con la escalada que está impulsando Occidente. No podemos dejar de reaccionar a estos desafíos y vamos a responder conforme lo consideremos necesario. Créame, para esto tenemos suficientes fuerzas y medios y no necesitamos aplicar ninguna medida extraordinaria”.

Los Brics y Argentina

El dirigente de “Rusia Unida” además es uno de los más influyentes operadores de Rusia en los BRICS. En ese sentido, señaló que el Grupo con respecto al conflicto en Ucrania se opone a las sanciones discriminatorias impuestas por Washington y la UE sobre el comercio y las actividades económicas vinculadas con Rusia. Los BRICS mantienen un intenso intercambio con Rusia y continúan desarrollando los lineamientos de cooperación entre sus miembros y con los países emergentes, dispuestos en junio de este año, en su última cumbre presidida por China.

Al comentar la posibilidad de ingreso de nuevos países al Grupo, advirtió que “esta cuestión es más compleja incluso que sus anteriores preguntas. Los BRICS no son una organización. La OCSh, la UE, la CEI (Comunidad de Estados Independientes, conformada por las exrepúblicas soviéticas, HK) sí lo son. No es el caso de los BRICS. Es una formación internacional que desempeña un papel descollante en el mundo actual. Uno de sus principios es el consenso. Las decisiones se adoptan por unanimidad. Por eso aquí es importante la posición no sólo de Rusia, sino de todos los restantes miembros BRICS. Por cuanto yo sé -y conozco esta situación desde el momento en que aparecieron los BRIC- tenemos la aspiración no de ampliar rápidamente este formato, sino de profundizar al máximo la cooperación en este formato.

“Conocemos la intención de la Argentina de ingresar en esta comunidad pero reitero una vez más que para concretarlo es imprescindible por supuesto una interacción práctica más estrecha entre los BRICS y la Argentina. Existen formatos en cuyos marcos esta interacción puede ser lograda… Pero yo también sé que por supuesto dentro de los BRICS se mantienen consultas sobre su ampliación, lo que incluye a la Argentina”.

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