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Reciclaje y arte se unieron para generar conciencia en la Bienal

La fábrica de reciclaje InPlastico, instalada en Fontana, es mecenas de la artista Fabiana Larrea, cuya magnífica obra, inaugurada este miércoles 20 en la Bienal Internacional de esculturas, se encuentra sobre el río Negro. Juntos trabajaron para generar una escultura que lleve un mensaje sobre la importancia de la reutilización del plástico.

Esta obra fue confeccionada completamente con plástico reciclado de la fábrica y el mensaje que busca llevar a la sociedad, es el de la importancia del recuperado de este material en las calles.

La empresa pretende, a través de la economía circular, generar conciencia de lo necesario que es la reutilización y el reciclado para la continuidad de la sociedad a largo plazo.

Sobre la obra

“El Ciclo de las Cosas”, (así se llama la obra) se trata de un tejido que consta de tres piezas circulares en forma de pétalos los cuales emergen del Río Negro, de costa a costa, de un puente a otro, obra considerada sin precedente para esta bienal.

“Es efímera, de gran formato, va a estar en la bienal y luego será reciclada íntegramente, es decir, vuelve a la planta para continuar su ciclo”, explicó la misma Fabiana Larrea.

Para lograrla, se instaló sobre la costa del río, en el parque Intercultural 2 de Febrero, una fábrica en la cual, con el correr de los días de la bienal, se fue recuperando el material plástico, a la vista de la gente, hasta obtener la tela con la cual se produjo la escultura.

“Se puede decir que, colectivamente podemos hacer que en el ciclo que tiene las cosas, en un momento dado, puede haber un destello donde las cosas florezcan”, sentenció.

Esta obra fue confeccionada completamente con plástico reciclado de la fábrica InPlastico de Fontana . El mensaje que busca llevar a la sociedad, es el de la importancia del recuperado de este material en las calles.

 

Un destello en el paisaje

Fabiana Larrea  inauguró ayer una instalación efímera sobre las aguas del río Negro. La hemos visto estos días –y aún antes de que comience la bienal- tejiendo con un grupo de tejedoras cual Penélopes del subtrópico.

A un costado se levantó una planta de reciclaje de plástico. ¿El motivo? Reutilizar, dar nueva vida a una tonelada de desperdicios de la sociedad de consumo que, obviamente, adquirió nueva esencia: blanquísimos hilos/sogas. Y con esos metros y metros y más metros de soga “inmaculada”, como lo calificó ella misma, se tejieron unas flores gigantes que reposan en las aguas del río Negro.

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