Premier británica Truss enfrenta creciente clamor para renunciar al cargo
La primera ministra británica, Liz Truss, se obstinaba hoy en aferrarse al cargo en medio de serias dudas de poder lograrlo, luego de que más diputados de su Partido Conservador pidieran su renuncia y de la dimisión de la ministra del Interior con críticas a su Gobierno.
Un frustrado plan económico presentado por el Gobierno el mes pasado causó inquietud en los mercados y una crisis política que incluyó el reemplazo del ministro de Finanzas, varios giros de 180 grados y un quiebre de la disciplina en el partido gobernante.
Seis parlamentarios conservadores más se sumaron hoy a otros tantos integrantes del oficialismo que ya han pedido que Truss deje el cargo que asumió hace apenas 45 días, un día después de que la premier dijera que es una «luchadora» y no alguien que se rinde.
«En un momento de incertidumbre, necesitamos un liderazgo sólido, y lamento mucho decir que esto ha faltado claramente en las últimas semanas», afirmó el diputado Henry Smith a la emisora Times Radio.
La diputada Miriam Cate dijo a la misma radio que era hora de que Truss «se vaya» y apuntó a sondeos que muestran una enorme desaprobación popular de su gestión y que el opositor Partido Laborista es ampliamente favorito a ganar las próximas elecciones.
«Parece insostenible… y sí, creo que es hora de que la primera ministra se vaya. Las encuestas son realmente malas. Si hubiera elecciones hoy, claramente, saldríamos diezmados», apuntó.
Otro legislador conservador, Steve Double, dijo que Truss «no está a la altura de su tarea, lamentablemente».
Sin embargo, el vocero de la premier dijo hoy que no tenían intenciones de dar un paso al costado.
«La primera ministra reconoce que ayer fue un día difícil», dijo el vocero, un día después de que la jefa del Ejecutivo se enfrentara a las burlas de la oposición en el Parlamento, a la rebelión entre sus filas y a la renuncia de la ministra del Interior.
Truss quiere que el Gobierno se centre «menos en la política» y más en «cumplir con las prioridades», agregó el vocero ante periodistas, informó la cadena BBC.
Las próximas elecciones en el Reino Unido están previstas recién para 2024 y, según las reglas del Partido Conservador, Truss técnicamente está a salvo de un desafío de liderazgo durante un año.
Sin embargo, esas reglas pueden cambiarse si así lo dispone un número suficiente de legisladores conservadores.
Truss sufrió ayer un nuevo golpe con la renuncia de la ministra del Interior Suella Braverman, que dimitió luego de haber enviado por «error» un documento oficial desde su correo electrónico personal, algo que viola las reglas ministeriales.
En su carta de renuncia, la diputada Braverman lanzó evidentes críticas a Truss, al decir que tenía «preocupaciones sobre la dirección del Gobierno».
«La (correcta) administración del Gobierno depende de que las personas acepten la responsabilidad por sus errores», escribió, en una velada alusión a Truss, que esta semana dijo que lamentaba sus errores pero seguía al frente del partido y del Gobierno.
Esta baja es la segunda en el gabinete tras el despido del ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, cara visible de la presentación de un plan económico que generó las turbulencias financieras.
La libra cayó a su nivel más bajo de la historia y los rendimientos de los bonos de Estado a largo plazo se habían disparado, mientras que el Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para impedir que la situación no llegara a una crisis financiera.
El nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, no solo dio marcha atrás con el paquete de medidas, sino que además anunció una suba de impuestos y recortes en el gasto público, generando aún más el descontento en la población.