Nuevo tribunal electoral boliviano tiene 10 días para convocar a elecciones
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, nombrado esta semana por el parlamento, tiene 10 días para lanzar la convocatoria a las elecciones generales de 2020, luego de que fuera promulgada anoche la ley que modificó el inicial plazo de 48 horas, confirmó la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez.
«La ley que hoy promulgamos es el resultado de la coordinación entre la Asamblea Legislativa Plurinacional, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el Ejecutivo. Este mecanismo de coordinación ágil fue posible porque todos los poderes del Estado y todos los bolivianos estamos trabajando para la realización de elecciones limpias, justas y transparentes», dijo Áñez en su discurso de promulgación.
Los vocales inicialmente tenían 48 horas, a partir de su posesión, para convocar a elecciones, pero el vocal Salvador Romero, nombrado por el gobierno, gestionó la ampliación del plazo y se espera para los primeros días de enero la convocatoria.
«El derecho al sufragio es un elemento medular en un Estado democrático, entonces es nuestro deber como Estado, a través de todos sus órganos, garantizar el ejercicio real de este trascendental derecho», sostuvo Áñez, citada por el diario paceño La Razón.
La ley 1266 de Régimen Excepcional y Transitorio para la realización de elecciones generales fijó en 48 horas el tiempo para la convocatoria a elecciones generales a partir de la designación de vocales del TSE. El jueves juraron los nuevos vocales.
En el acto de promulgación, Áñez designó, además, a Juan Ricardo Laura Andrade y a Julio Mujica Quispe como los representantes del Ejecutivo ante los tribunales electorales departamentales de Oruro y Potosí, respectivamente.
Los nuevos miembros del TSE son Oscar Hassenteuffel, Daniel Atahuachi, María Angélica Ruiz, Francisco Vargas, Rosario Baptista y Nancy Gutiérrez.
Hassenteuffel dijo que tienen el objetivo de “recuperar la confianza y la credibilidad” del organismo, y advirtió que la tarea será “nada fácil”.
Las elecciones de octubre fueron anuladas en medio de denuncias de fraude y luego de que las anteriores autoridades del TSE anunciaran la reelección en primera vuelta del presidente Evo Morales.
Tras las masivas protestas sucedidas desde el día de las elecciones, Morales renunció el 10 de noviembre, denunció que fue víctima de un golpe de Estado y dos días después se asiló en México.
Una vez que Morales salió de Bolivia, y ante la renuncia de quienes integraban la línea de sucesión, Áñez -hasta entonces segunda vicepresidenta del parlamento- se proclamó presidenta interina de la república, decisión que fue convalidada poco después por el Tribunal Constitucional.
Asimismo, los miembros del TSE que condujeron el proceso electoral de octubre fueron destituidos y están procesados con prisión preventiva.