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Murió Osvaldo “Chiche” Sosa, histórico técnico del fútbol argentino

En 2013 había sufrido un ACV del que no pudo recuperarse totalmente. En febrero había sido internado nuevamente.
Osvaldo «Chiche» Sosa, un emblemático jugador y técnico que pasó por varios clubes del fútbol argentino, falleció en la madrugada de este lunes a los 72 años. En 2013 había sufrido un accidente cerebrovascular del que no pudo recuperarse. En febrero de este año volvió a ser internado y su familia pidió públicamente ayuda para continuar su recuperación, tal como contó Clarín en su momento.
Como futbolista, debutó en Almagro en 1964. Luego pasó a Argentinos, donde jugó 124 partidos y convirtió 34 goles, en dos etapas diferentes. Tuvo un paso fugaz por Independiente, de ahí a Ferro y volvió otra vez a Argentinos.
Como entrenador, Chiche dirigió cinco veces al club de La Paternal e incluso en la primera etapa fue jugador y técnico a la vez. Tambien dirigió a Almagro, Tigre, Huracan, Colón, Armenio, Mandiyú, Racing, Chacarita, Lanús, Independiente, Quilmes, Talleres de Cordoba y Atlético Tucumán, el último club donde se desempeñó como entrenador.
De paladar negro para jugar, no tuvo suerte en los dos clubes grandes que pasó (Racing e Independiente) y se transformó en un especialista a la hora de salvar equipos con problemas.
Son muchos los jugadores que potenció y promovió a otros clubes, en especial desde Argentinos: Leonel Gancedo, a River; Diego Cocca y Cristian Zermatten, a Mexico. Tambien Marcelo Pontiroli a Independiente o Leonardo Pisculichi​ al Mallorca de España son algunos de los casos.
Como entrenador, fue el artífice del regreso a Primera de Argentinos en la temporada 1996/97 desde la B Nacional, con un equipo que dejó su huella en el Ascenso.
Tampoco se olvida cuando, un par de años antes, salió campeón con Talleres en Tucumán con casi cuatro mil cordobeses en la cancha de San Martín. En ese equipo, que finalmente no lograría dar el salto a Primera, jugaban Oscar Dertycia, los hermanos Graieb, Daniel Kesman, Fernando Clementz y Diego Garay, entre otros.
Aquella tarde, en La Ciudadela, un Chiche Sosa exultante bailó y cantó en el vestuario de Talleres junto a sus jugadores y los dirigentes.
Osvaldo Sosa no se quería alejar del fútbol y tampoco que el fútbol se alejara de él. Miraba los partidos por TV mientras luchaba contra las secuelas del ACV sufrido en 2013 y contra el dolor de haber perdido a su hijo Leandro en 2001, en un accidente automovilístico.
Será recordado por su lucha y por su amor al fútbol.

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