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Moreneros solicitan asistencia por la paralización de su actividad

Más de 200 personas trabajan en la actividad en nuestra provincia. Casi 30 en Barranqueras. Viven una situación similar a la de los pescadores a causa de la veda, a diferencia que estos recibirán un subsidio de $10.000 por la brutal sequía de los ríos. Sin embargo, esa relación no es tal para algunos burócratas que no entienden y dicen que los moreneros pueden trabajar “normalmente”.

La pandemia que afecta a todo el mundo no discrimina actividad alguna, tal es el caso de los extractores y acopiadores de carnada, conocidos popularmente como moreneros por su producto más comercializado. Los más de 30 días de cuarentena obligatoria cuidaron la salud de todos los argentinos, pero al mismo tiempo jaquearon las economías de subsistencia como lo es esta actividad que además tiene un alto porcentaje de informalidad.

Los números

Según un relevamiento realizado por un acopiador de carnadas, en la provincia existen más de 200 personas que viven exclusivamente este trabajo. De ellos, 175 son extractores (aquellos que realizan la extracción de la carnada desde el punto de origen) y 25 son acopiadores (los que venden o revenden la carnada). La distribución en la provincia según este relevamiento se concentra en Presidencia de la plaza con 51 personas, donde hay 8 acopiadores y 43 extractores. La lista de moreneros sigue con 28 en Barranqueras y 26 en Makallé por nombrar alguna de las ciudades con mayor cantidad de trabajadores relevados, pero existen también en localidades como Puerto Vilelas, La Verde, Puerto Bermejo, Colonia Benitez, Puerto Tirol, Fontana, Basail, Margarita Belen, General San Martin y Las Palmas.

Según un registro de la Dirección de Fauna de la provincia solo existen 21 acopiadores y 13 extractores de carnada. Algo que a priori, es por lo menos, absurdo. Según ese registro hay más vendedores que extractores, o sea, 13 personas abastecen a la provincia y hasta la región de carnada. Esta situación se da también por el hecho de que muchos trabajan en el pueblo donde viven y no necesitan salir a la ruta, por ende, no se registran. Para entender por qué este registro es absurdo necesitamos saber cómo trabajan estas personas.

El proceso de trabajo

Generalmente, como en todos los productos, uno solo ve el proceso final de la cadena de trabajo, pero sin embargo pocas oportunidades tenemos para conocer todo el proceso hasta el consumidor final. El trabajo de los extractores no es moco de pavo, literalmente se meten a lagunas, esteros o cañadas para retirar la carnada. Con el peligro que eso implica, reciben una remuneración muy baja respecto al trabajo que realizan. Por su parte los acopiadores tienen a su cargo la parte comercial del trabajo, algunos compran la carnada a los extractores para vender en sus negocios, tal es el caso de muchos locales a lo largo de la Av. San Martin en nuestra ciudad. Otros por su parte se la compran para revender y esto abastece no solo a nuestra provincia sino a varias de la región. Este último proceso es el que está reglamentando y controlado por la provincia. El transporte de carnada se realiza en tanques de PVC que llevan un precinto que demuestra el permiso para poder transportarlas, por supuesto para obtener ese permiso hay que estar inscripto en la dirección de fauna y tributar al respecto. La inversión de los acopiadores: el transporte, un lugar donde vender el producto, luz y otros impuestos que pagan para mantener en regla el negocio; mantiene a los extractores trabajando, pero tanto el trabajo de uno como el del otro están totalmente paralizados.

Las “respuestas”

La angustiante situación que viven los moreneros los llevo a entablar diferentes conversaciones con funcionarios y dirigentes en distintos organismos del estado, principalmente a nivel provincial por la amplia extensión de la actividad en la provincia. Algunos respondieron de buena manera, pero argumentando erróneamente que los moreneros no entraron en veda, que podían trabajar normalmente. Sin embargo, esto en términos prácticos es una falacia, ya que el traslado para los acopiadores es imposible de realizar debido a la cuarentena por lo tanto las morenas, anguilas y los cascarudos se mueren esperando llegar a destino. Sumado a la veda, son bastante conocidos los casos de personas que son detenidas por ir a pescar violando la cuarentena, entonces surge la pregunta ¿A quién le va a vender carnada una morenera? Hasta que esta situación pase, desgraciadamente a nadie. La respuesta es más que obvia, pero parece que algunos funcionarios no entienden nada, ni de pesca, ni de carnadas, ni siquiera del lugar que ocupan en el estado.

Por otro lado, más allá de las buenas intenciones, están aquellos pseudodirigentes que directamente ningunean la actividad. Fue el caso de una persona que imprimió carteles, remeras y movilizó a mucha gente con la intención de ser intendente de Barranqueras pero que se bajó a último momento. Este personaje respondió al pedido de ayuda de los moreneros de esta manera: “Ustedes se quejan de llenos, ganan una cantidad de guita estando sentados”

Lo urgente

El morenero o la morenera, es una persona humilde, que en muchos casos incluye a toda la familia en la actividad. Por lo tanto, esta labor, se constituye en el único ingreso fijo de la casa. Existen casos de mujeres que llevan adelante este trabajo, algunas con hijos discapacitados que no pueden realizar otras actividades debido a la cuarentena. Resulta urgente responder ante este tipo de situaciones de extrema necesidad.

Aunque muchos no los quieran ver o solo se acuerden de ellos cuando van a pescar, el trabajo de los moreneros está allí y merece ser reconocido.

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