Milei quiere levantar el cepo a mitad de año: por qué los dólares del campo son clave para lograrlo
El presidente volvió a insistir con una pronta eliminación de las restricciones al acceso a la moneda extranjera. Sin embargo, existen una serie de escollos que le ponen suspenso a sus proyecciones.
La dolarización es una de las banderas de Javier Milei, que, más allá de las posibilidades concretas, intenta mantener encendida. Pero antes, insiste debe estabilizar la economía y desarmar el cepo cambiario. Este viernes, le puso una fecha a a ese paso previo y fundamental para el esquema monetario.
“Teníamos pensado reducir el déficit del Estado en marzo. Lo hicimos en enero. Está bajando el riesgo país. Es una fiesta. Si todo sigue como ahora, vamos a abrir el cepo a mitad de año”, se entusiasmó el Presidente en una entrevista con Jonatan Viale en radio Rivadavia. En privado, Milei incluso es más optimista en cuanto a su propósito de eliminar las restricciones al acceso a las divisas extranjeras que se aplican en la Argentina desde 2011. Su deseo real, el que suele expresar ante su entorno, es hacerlo para abril.
Sin embargo, no todo parece ser color de rosa. Si bien el Gobierno, en un contexto de alta inflación, bajó la tasa de interés como una forma de achicar la masa de pesos de la economía, las reservas netas del BCRA aun están en terreno negativo, como primer obstáculo.
El equipo económico espera que entre abril y junio haya un fuerte ingreso de dólares de la cosecha, y estima que -por ende- el valor de la divisa no se va a escapar. Sería entonces el mejor momento para abrir el cepo, proyectan desde la Casa Rosada.
Ese escenario, sin embargo, tiene condicionamientos. Por un lado, supone una sobreestimación de la cosecha. Por la sequía, el año pasado se liquidaron unos US$20.000 millones menos. Si bien la actual cosecha no sufrió obstáculos a ese nivel, esto no implica que esos dólares se recuperarán este año.
Eso porque la caída del precio internacional de la soja y los cereales, más las olas de calor entre diciembre y enero, alertan por un rendimiento por debajo de lo esperado por muchos. Es algo que tiene en alerta a los productores
Con los dólares financieros en baja, la discusión en este terreno se posa sobre el dólar oficial, que es el tipo de cambio que regula las exportaciones. Con el crawling peg, se ajusta a un 2% mensual con una inflación hoy 10 veces mayor.
En el mercado hay serios cuestionamientos a las “mini” devaluaciones. Las cerealeras ya advirtieron que el dólar exportador quedó corto. El ingreso de dólares, por ende, podría verse afectado por retención por parte de los productores. Por otro lado viene asomando un momento de tensión: en los próximos días, el BCRA debe empezar a cancelar, a razón de U$S300 millones diarios, las importaciones reprogramadas en diciembre.
Es un misterio, por ahora, saber cómo el Gobierno intentará seducir al sector agroexportador. En medio de la batalla por la reducción del déficit fiscal, y mientras la gestión de La Libertad Avanza (LLA) celebra el superávit de enero, es difícil pensar en un apartamiento de la receta que implique medidas audaces como una reducción de las retenciones. Todo está por verse.