Los tratamientos de salud mental avanzan en Chaco con nuevas herramientas y estrategias de acercamiento profesional
La subsecretaria de Salud Mental, Entornos Saludables y No Violentos del Chaco (dependiente del Ministerio de Salud Pública), Josefina Bittel, explicó este miércoles las estrategias a desarrollar en el territorio local para expandir los servicios de salud mental en cada una de las localidades, garantizando una asistencia a las demandas de cada uno de los chaqueños y las chaqueñas.
En ese sentido, la funcionaria destacó el rol provincial en el impulso del área y sostuvo que se viven realidades muy distintas en comparación de cada una de las jurisdicciones nacionales, algo que ubica a Chaco en una buena posición de acuerdo al trabajo: “Acá no tenemos grandes manicomios. Sí tenemos equipos de salud mental en los hospitales generales, tenemos dispositivos de base comunitaria, centros de salud comunitarios y hospitales de día”, comentó, y remarcó que estos son “indispensables” para los tratamientos ambulatorios tanto de los pacientes como sus familiares para marcar un seguimiento oportuno de cada caso particular.
Además, la subsecretaria contó que en el último tiempo “hemos solicitado y tuvimos aval nacional para poder aumentar las plazas de profesionales que ingresan a residencias para formarse en servicio una vez terminada su carrera de grado, y también hicimos una redistribución del recurso humano asistente para poder seguir logrando la reinserción de profesionales en zonas alejadas”. A su vez, agregó que “contamos con un recurso muy importante que es la teleconsulta, que fue el modo que tuvimos en pandemia de estar presentes a través de líneas telefónicas, generando acceso inmediato a través de una llamada con equipos de salud mental, lo que resultó fundamental para mucha gente, y ahora lo sostuvimos porque es una herramienta fundamental”.
Respecto de los recursos humanos, la funcionaria indicó que la provincia hoy cuenta con buena oferta profesional, sin embargo, planteó que esto “se concentra en las grandes ciudades”. “Si bien tenemos un estimado de 1 psicólogo cada 15 mil habitantes, y podríamos aumentar esa capacidad, la realidad es que nosotros necesitamos seguir trabajando en la descentralización, para poder, de alguna manera, radicar recursos humanos allí donde la gente se encuentra”, explicó.