Los momentos que marcaron el ciclo de Diego Martínez en Boca y lo ponen en duda
El DT se jugará gran parte de su continuidad el sábado ante River. Su gestión ha ido de menor a mayor pero los resultados en partidos claves han hecho mella en la confianza.
El próximo sábado Boca disputará el Superclásico ante River en La Bombonera, por la fecha 15 de la Liga Profesional, en una parada que será fundamental para el futuro de Diego Martínez como entrenador del Xeneize. Luego de la derrota en el clásico y ya sin la Copa Sudamericana en el horizonte, el DT deberá ratificarse partido a partido. Pese a que solo perdió un clásico desde que llegó y que llegó a las semis de la Copa de la Liga, hubo momentos bisagras que lo marcaron.
El rendimiento del equipo bajo la gestión del Gigoló ha ido de mayor a menor. Después de un arranque irregular, en el primer semestre llegó a su mejor performance de la mano del triángulo formado en el medio por Cristian Medina, Ezequiel Fernández (hoy ya no está) y Kevin Zenón. En esa parte del año llegó a eliminar a River en cuartos de final de la Copa de la Liga al ganarle por 3-2 en Córdoba en un partidazo.
Pero el primer punto de inflexión llegó días después cuando el equipo fue superior a Estudiantes de La Plata en la fase siguiente, no supo cerrar el partido, un error de Cristian Lema dejó al Xeneize con diez y la definición fue a los penales en los que el Pincha se impuso. Significó el primer gran cimbronazo porque todos coincidían en que Boca merecía pasar y no lo logró.
Unos días después, el 15 de mayo, y luego de haber comenzado la Liga Profesional con una inesperada derrota por 1-0 ante Atlético Tucumán de visitante, llegó otro cruce trascendental que marcó esta gestión: Boca se jugaba la chance de quedar primero en su zona de la Sudamericana ante Fortaleza en La Bombonera. El equipo volvió a ser superior y dominó, pero una desconcentración en el último minuto en el que los defensores fueron a cabecear, derivó en una contra en la que los brasileños marcaron el empate y ese resultado prácticamente condenó al azul y oro a disputar los 16avos.
El 2 de junio llegó otro partido que denotó que el ciclo había entrado en una etapa recesiva. Boca visitó a Platense por la cuarta fecha del torneo y la pasó mal. La expulsión de Marcos Rojo a los 35 minutos complicó más las cosas y el equipo se fue derrotado por 1-0 dejando pasar una oportunidad de reactivar sus chances en el certamen.
El último golpe de nocaut fue en la Sudamericana. Después de la victoria por 1-0 ante Cruzeiro en La Bombonera, el 22 de agosto el azul y oro fue a Belo Horizonte con la ilusión de clasificarse a cuartos pero la roja de Luis Advíncula antes del minuto volvió a generar inconvenientes. El local se puso rápidamente 2-0 y pese a que Milton Giménez anotó sobre el final del primer tiempo y Boca hasta fue mejor que su rival, no pudo cerrar clasificarse en los 90 y en los penales la suerte le jugó en contra.
Todos los penales de la definición entre Boca y CruzeiroTodos los penales de la definición entre Boca y Cruzeiro
Estas caídas que no coincidieron con el rendimiento del equipo fueron haciendo mella en la confianza depositada en el entrenador, pese a que la dirigencia todavía no puso en cuestionamiento su ciclo. Más allá de eso, se sabe, lo que pase el próximo sábado ante River será trascendental y Martínez lo sabe, por eso su festejo agónico ante Talleres tras haberse clasificado a cuartos de la Copa Argentina