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«Los inculpados hablaban de que el próximo soy yo», reveló el Presidente

El presidente Alberto Fernández reveló este lunes que los detenidos por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo habían señalado como el próximo blanco de un posible ataque.

«Se conocieron las conversaciones de los inculpados y hablaban del fallido atentado contra Cristina y hablaban de que el próximo soy yo», dijo Alberto Fernández en una entrevista que brindó al canal español Telecinco.

En tanto, la vicepresidenta Fernández de Kirchner cuestionó el título de una columna del diario Clarín que, en su edición de hoy, hizo referencia a «la bala que no salió», en alusión al intento de magnicidio, y, al mismo tiempo, anticipa un fallo condenatorio en su contra en el marco del juicio por la causa Vialidad.

El Presidente sostuvo que Cristina Kirchner «está entera» y recordó que en la Argentina, después de la última dictadura cívico-militar, «no ha habido crímenes de naturaleza política».

«La imagen es muy dura, porque es la imagen de alguien gatillando dos veces, gracias a Dios sin suerte, a veinte centímetros de la cabeza de Cristina», dijo, pero aclaró que eso no debe hacer pensar que ese acto sintetiza al país.

«No nos debe hacer pensar que eso es la Argentina. Es una banda de sinvergüenzas que son capaces de hacer semejante atrocidad», analizó.

Además, señaló que cuando en el marco de la investigación judicial sobre el ataque se «conocieron las conversaciones de los inculpados» hablaban «del fallido atentado contra Cristina», pero además mencionaban al propio Presidente como posible blanco del próximo ataque.

«Se conocieron las conversaciones de los inculpados y hablaban del fallido atentado contra Cristina y hablaban que el próximo soy yo», reveló Fernández. Y aunque consideró que «hay que estar atentos», sostuvo que «no quiere» que por ello «nos separen de la gente».

Respecto del ataque contra la dos veces Presidenta de la Nación, estimó que «en circunstancias como esas» en las que una «multitud» se manifestaba en la calle, «todos los sistemas de seguridad fallan».

«Cuando alguien está dispuesto a poner en riesgo su vida y su libertad, para lograr su objetivo, es muy difícil predecirlo», dijo en referencia a Fernando André Sabag Montiel, la persona acusada de haber intentado asesinar a la Vicepresidenta.

El Presidente reflexionó que «algo no estamos haciendo bien para que en la cabeza de una persona penetre una idea tan horrible, como es la de matar al otro por lo que piensa o representa».

En ese mismo sentido, desestimó que el atacante fuera inimputable: «No tiene ninguna alteración en sus facultades mentales. Tiene plena comprensión de la criminalidad de sus actos. No es un loco. ¿Puede ser una persona enojada con la democracia? no puede reaccionar de este modo», concluyó.

En tanto, la Vicepresidenta cuestionó al diario Clarín en Twitter en su primer posteo desde que fue víctima del atentado al llegar a su casa en la noche del jueves 1 de septiembre, en el barrio porteño de Recoleta.

La publicación de Fernández de Kirchner solo incluye la foto de la tapa de Clarín con el resaltado de la columna titulada «La bala que no salió y el fallo que sí saldrá».

La columna sostiene que «el relato del ‘discurso del odio’ funciona a esta altura como paraguas ante una eventual condena por corrupción de la Vicepresidenta».

El ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés ‘Cuervo’ Larroque, replicó esa imagen en sus redes con la leyenda «Magnetto y su obsesión», en referencia al CEO del Grupo Clarín.

Por su parte, el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, consideró que «debe haber pruebas contundentes» en la investigación por el intento de magnicidio para así «poder avanzar» en la causa y «no retroceder».

«Yo entiendo que puede ser vocación de mucha gente querer resolver lo que sucedió en poco tiempo, pero hay que procesar la información y ser cuidadosos. Tiene que haber pruebas contundentes para poder avanzar y no retroceder», dijo por Radio 10.

Sobre las posibles fallas en la investigación, el ministro sostuvo que «siempre van a haber quejas» y afirmó que su trabajo es «empoderar al jefe» de la Policía Federal. Subrayó que «no hay nadie que no crea que haya sido el objetivo matar a la Vicepresidenta», por lo que planteó que «hay que permitir que los analistas lleguen al fondo de la cuestión».

Reveló que mantuvo una reunión con la Vicepresidenta el pasado jueves y que ella no le reprochó «absolutamente nada de lo que pasó». Dijo que «charlamos de diferentes temas. Para mí, ella y Néstor (Kirchner) son mi familia», concluyó.

Larroque, en tanto, destacó el «espíritu de la convocatoria» de la misa celebrada en la Basílica de Luján el sábado para entrar «a una etapa de racionalidad y salir de las chicanas», y, si bien lamentó la ausencia de la oposición en la convocatoria del sábado último, señaló que no será «la única» convocatoria.

«Rescato la presencia de algunos intendentes de la oposición, después si hubo una decisión o si desde la oposición entendieron que no estaban las condiciones para participar o si hubo otras interpretaciones eso nos excede; lo importante es que el espíritu de la convocatoria estuvo, y todos abogamos por entrar en una etapa de racionalidad y salir de las chicanas», dijo por radio AM750.

Desde la oposición, la referente de la Coalición Cívica y cofundadora de Juntos por el Cambio Elisa Carrió consideró «gracioso» que los acusados por el intento de asesinato de Fernández de Kirchner sean vendedores ambulantes de copos de azúcar, pero valoró que «gracias a Dios no pasó nada».

«Que haya una banda de vendedores de copos de azúcar es muy gracioso», dijo Carrió, quien añadió que, a partir de estos dichos, «ahora viene el ‘gordicidio’ (sic), que es la muerte de una gorda».

«El hecho existió; ahora, que haya una banda de vendedores de copos de azúcar es muy gracioso, porque si me atacan a mí, me matan por diabética, porque yo hubiera comprado los copos», ironizó.

El diputado nacional del Frente de Todos Eduardo Valdés consideró que el ataque a la Vicepresidenta «tiene que ser el punto final del odio desatado en el país» y cuestionó a los dirigentes opositores por no asistir a la «Misa por la paz y la fraternidad de los argentinos», el sábado pasado en Luján.

Su compañera de bancada Victoria Tolosa Paz lamentó que la oposición no haya participado de esa misa y consideró que en ese sector «están muy alejados de la realidad».

El intendente radical del partido bonaerense de General Viamonte, Franco Flexas, afirmó por su parte que su participación en la misa se debió a que el «camino» de la UCR es de «apertura al diálogo» y remarcó que el objetivo es «mejorar la institucionalidad».

Y el intendente de General Lamadrid, Martín Randazzo (Juntos por el Cambio), quien fue a la misa, aseguró que sigue «convencido» de que había que asistir y que «si (Raúl) Alfonsín hubiera estado vivo, hubiera estado sentado ahí», a la vez que advirtió sobre «el cáncer que genera la grieta todos los días» en la sociedad argentina.

El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, aseguró que tras el atentado esperaba que la oposición hubiese tenido una actitud de «reflexión para parar la pelota» pero lamentó que «eso no sucedió».

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