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Los especialista recuerdan la importancia de la vacunación contra la hepatitis

El Ministerio de Salud Pública recuerda la importancia de la vacunación contra la hepatitis como medida de prevención. En el marco del Día Mundial de la Hepatitis llevó adelante actividades de vacunación y testeo voluntario en espacios públicos, con el objetivo de acompañar y fortalecer el abordaje integral contra la enfermedad.
La vacunación que previene contra la hepatitis A y B es gratuita y está disponible en los centros asistenciales de la Provincia; en el caso de la A esta destinada específicamente para los grupos de riesgo y la B para todos. Se recomienda la vacuna especialmente para todos los niños, algunos viajeros internacionales y las personas con determinados factores de riesgo o condiciones médicas.
La vacuna para la hepatitis A es una sola dosis que se aplica en los niños al año de vida; y una dosis para los adultos que se encuentran dentro de los grupos de riesgo. La vacuna de hepatitis B en el esquema de adultos y niños son tres dosis (dos de inicio y uno de refuerzo al año). En recién nacidos la hepatitis B es una de las dos vacunas junto con la BCG (tuberculosis) que se debe aplicar antes de salir de la Maternidad.
JORNADA DE PREVENCIÓN: CONCIENTIZACIÓN, TESTEO Y VACUNACIÓN
Durante los días viernes y lunes, los equipos del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) de la Dirección de Epidemiología y de la Dirección de Laboratorio estuvieron presentes en la peatonal de Resistencia para acercar y garantizar la vacunación contra la enfermedad a todos los interesados, realizar testeo voluntario y brindar información para aclarar creencias erróneas sobre las hepatitis virales. En las jornadas se aplicaron 93 vacunas contra la hepatitis B.
La directora de Epidemiología, Mariela Fabiani agregó que otros métodos de prevención son: mantener prácticas de higiene como el lavado de manos con agua, jabón y cepillo para uñas para la manipulación de alimentos, eliminación de las excretas y la utilización de lavandina para lavar todos los objetos que pudieran estar en contacto con materia fecal; no compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con otras personas, exigir el uso de materiales descartables o esterilizados al hacerse tatuajes, piercings, implantes o procedimientos invasivos, y usar preservativo desde el comienzo de las relaciones sexuales.
SÍNTOMAS DE LAS HEPATITIS
Algunas personas con hepatitis B aguda tienen síntomas semejantes a la gripe o pueden tener ictericia (ojos y piel amarillos); también pueden manifestar cansancio, fatiga, náuseas o vómitos, orina de color oscuro, fiebre y escalofríos. A veces puede aparecer dolor del lado derecho del abdomen superior que puede expandirse a la espalda.
En el caso de la hepatitis B crónica, muchas personas no presentan signos de alerta y no saben que están infectadas. Los síntomas pueden tardar hasta 30 años en aparecer y el daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa durante este tiempo. Cuando la sintomatología aparece, son similares a la infección aguda y pueden ser un signo de enfermedad avanzada del hígado. Además, con los años, algunas personas con hepatitis B crónica pueden desarrollar cirrosis y/o cáncer de hígado. Otras deben recurrir a un trasplante hepático para poder vivir.
En los niños menores de 7 años, la hepatitis A no provoca síntomas en un 70 a 80% de los casos, y entre los adultos el 25%. Estos signos de alerta pueden ser: fiebre, malestar general, anorexia (falta de apetito), náuseas, dolor abdominal, ictericia (color amarillo de la piel y mucosas) y hepatomegalia (hígado agrandado). En general los síntomas desaparecen espontáneamente en 2 a 3 semanas.
La mayoría de las personas infectadas por hepatitis C no tienen ningún síntoma o solo los tienen en forma leve. Los síntomas de la hepatitis C crónica también pueden tardar hasta 30 años en manifestarse y el daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa. Los síntomas, tanto de la hepatitis C aguda como de la crónica, pueden incluir: cansancio, astenia (fatiga); náuseas o vómitos; fiebre y escalofríos; orina de color oscuro; materia fecal de color más claro; ojos y piel amarillos (ictericia); dolor del lado derecho del abdomen superior que puede irradiarse a la espalda; problemas de coagulación de la sangre; sangrado digestivo (vómitos de sangre o materia fecal negra); distensión abdominal con líquido dentro del abdomen (ascitis).

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