Liberaron a dos de los rugbiers detenidos pero seguirán vinculados a la causa
Pasadas las 15 del lunes, luego de 12 días de encierro, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino dejaron la cárcel de Dolores para regresar a sus familias en Zárate luego de ser acusados de ser partícipes necesarios del brutal crimen de Fernando Báez Sosa el sábado 18 del mes pasado frente a la disco Le Brique en Villa Gesell. Lo hicieron luego de la decisión de la fiscal Verónica Zamboni, que pidió el cese de su detención al pedir la prisión preventiva para los otros ocho acusados. La falta de pruebas los benefició, tanto en las ruedas de reconocimiento como en seguimientos de cámaras de seguridad y las pericias a sus celulares.
Desde muy temprano, la expectativa en la puerta del Penal de Dolores era alta. A los periodistas y las cámaras de televisión se le sumó un vallado que obligó a Milanesi y Guarino a tener que caminar una cuadra y media hacia el auto, que los esperaba para llevarlos a sus respectivos domicilios.
Tras su salida, los jóvenes no emitieron una sola palabra. Iban mirando para abajo, apretando los labios y abriéndose paso entre los periodistas, escoltados por su abogado Hugo Tomei que, por lo bajo, murmuraba: “¡Qué vergüenza! Déjenlos”.
¿Por qué los liberaron? Milanesi no fue señalado en ninguna rueda; Guarino, a pesar de estar en la escena, mantuvo una actitud distante.
David Mancinelli, juez de garantías que interviene en el expediente, validó la decisión de la fiscal y firmó el oficio poco antes del mediodía de hoy para que sea remitido al Servicio Penitenciario Bonaerense. Antes de irse, Milanesi y Guarino, de 19 y 20 años respectivamente, deberán asentar un domicilio.
Fuentes cercanas al expediente aseguran que seguirán vinculados a la causa: no fueron sobreseídos como Pablo Ventura, acusado falsamente por los rugbiers de Zárate. Seguirán sujetos a la investigación.
“A la luz del resultado negativo de la diligencia de reconocimiento de personas en relación a los encausados Guarino y Milanesi, ésta Titular de la Vindicta Pública, entiende que debe cesar la medida de coerción personal que pesa sobre ellos, en relación a la conducta endilgada en autos; dado que toda duda en el proceso debe ser valorada a favor de los imputados”, escribió Zamboni en su pedido de prisión preventiva.
“Si bien se ha acreditado que los co-encausados estuvieron con los demás esa noche, hasta la actualidad se han llevado a cabo innumerables medidas de investigación que no han permitido vincularlos a la muerte de Fernando”, concluyó.
En el caso de Milanesi, entre la gran cantidad de testigos que participaron del procedimiento, ninguno pudo reconocerlo ni como agresor de la víctima, ni de ningún otro amigo de Fernando. Solo uno de ellos lo vio parado en las inmediaciones, sin participar en la golpiza.
Hasta el momento, indicó Zamboni, en el análisis preliminar de los videos tanto de adentro del boliche como de las inmediaciones no se lo pudo observar agrediendo a Fernando o a su grupo. Tampoco es posible hasta ahora ubicarlo en el momento que el grupo es interceptado por el personal de Infantería. Sin embargo, esto aún está sujeto al análisis de video y la pericia de reconocimiento facial. Al momento de ser aprehendido, Milanesi presentaba lesiones corporales en sus manos que justificaron su detención pero no pudo acreditarse de forma fehaciente que se hayan producido esa noche.