La recaudación cayó el 6% en agosto y acumula ocho meses de retroceso frente a la inflación
Otro mes signado por los efectos contractivos generados por la extensión de la cuarentena, tanto por las limitaciones que mantuvieron diversos sectores para retomar los índices de actividad previos al 20 de marzo, como por la pérdida de poder de compra de los salarios y la incertidumbre que genera el escenario político, llevaron a que la recaudación tributaria se ubicara muy lejos de las pautas presupuestarias.
Claramente, la excepción fue lo ingresado por el nuevo Impuesto PAIS, porque cada vez más residentes se sumaron a la compra del cupo de hasta USD 200 mes, pese que en esa operación unas 5 millones de personas debieron destinar a la caja de la AFIP un promedio de $23 por dólar; más el cargo por los consumos en el exterior pagados con tarjeta de crédito. Sumó $21.889 millones, y representó el 3,6% de los ingresos totales del mes.
En concreto, la AFIP informó que en agosto los recursos tributarios sumaron $612.146 millones, 33,5% más que un año antes, significó una caída de 6,2% en términos reales, la octava consecutiva y las décimas en los pasados 12 meses. Sólo subió 5,1% en noviembre y 1,2% en diciembre.
Si bien durante agosto fueron habilitadas algunas actividades para salir del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, otras volvieron a estar prohibidas, en particular en varias provincias donde crecieron fuertemente los contagios del COVID-19, y el primer balance que hicieron los estudios privados detectó una desaceleración en el ritmo de recuperación de la producción industrial y también del comercio y de otros servicios privados.
Durante los primeros ocho meses de 2020 los ingresos tributarios superaron los $4 billones, un incremento del 27,3% interanual, informó la AFIP. En ese caso significó una pérdida en términos reales de 13,3 por ciento.
Agrega el organismo que dirige Mercedes Marcó del Pont: “La dinámica de la recaudación volvió a evidenciar una desaceleración en el ritmo de contracción en términos reales con relación a los registros observados desde que inició la pandemia del COVID-19″.
Entre los elementos que favorecieron el comportamiento de los ingresos tributarios se destaca la presentación de las declaraciones juradas y el pago de los saldos del Impuesto a las Ganancias y el Impuesto sobre los Bienes Personales. Al respecto, recuerda la AFIP: “como parte de las decisiones implementadas para aliviar la situación de los contribuyentes, los vencimientos previstos para junio fueron prorrogados en dos oportunidades”. Aún así, por efecto del cobro de gravamen sobre los activos en el exterior, sumó $43.879 millones, se multiplicó casi por 8 en un año.
“La caída en el nivel de actividad y las distintas medidas de política tributaria tendientes a aliviar la situación de los contribuyentes constituyen elementos relevantes para explicar el desempeño de los impuestos vinculados al consumo interno y el mercado de trabajo”, destaca la AFIP.
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) marcó en agosto un incremento de apenas 11,7% en relación con igual mes del año pasado, equivalente a una contracción en términos reales de 21,6%. El comportamiento del IVA refleja los efectos sobre la recaudación que tiene la evolución de la actividad económica y el mayor acogimiento a Planes de Facilidades de Pago.
Los recursos vinculados con el Sistema de Seguridad Social también se vieron fuertemente debilitados por la agudización de la recesión que generó la extensión del ASPO y los efectos de la postergación del pago del componente Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de las contribuciones patronales en el marco del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), así como la vigencia del plan de facilidades de pago para regularizar dichos vencimientos. Aumentaron 22,1% en relación con el igual mes del año pasado.
Mientras que la incertidumbre predominante en el mercado de cambios, junto con la contracción del comercio exterior, tanto de importación como de exportación, y baja de los precios internacionales en un 5%, determinaron sendas disminuciones nominales de lo percibido por la Aduana por esos conceptos: 0,9% y 6%, respectivamente. Ajustado por la suba del tipo de cambio en los últimos 12 meses de 39,2%, representaron caídas reales de 28,8% y 32,5%, en cada caso.
Pese a ese pobre desempeño que debilitó aún más la caja de la Tesorería, las provincias resultaron beneficiarias en agosto en la distribución de los recursos con un aumento de 43,7%, levemente mayor a la inflación, por efecto de haber recibido casi la mitad de lo ingresado por el cobro del Impuesto a los Bienes Personales.