Resistencia

La peregrinación «Ni un pibe menos por la droga» llegó a Resistencia de la mano del Padre Pepe

José María «Pepe» Di Paola, conocido como el “cura villero” o el “Padre Pepe”, arribó ayer a la capital chaqueña en el marco de los 15 años de “Los Hogares de Cristo”. Acompañado de una delegación de 70 personas el Padre realizan una peregrinación por todo el país durante un lapso de seis meses que promete finalizar en marzo de 2023.

La peregrinación que lleva ya dos meses, tuvo su lanzamiento en el Luna Park y aquel día, según afirmó el Padre Pepe en declaraciones a la prensa, «se llenó de chicos que se están recuperando de la droga y otros se han recuperado». A partir de allí, la delegación continuó por la provincia de Entre Ríos, Santa Fe y ahora en Resistencia y continuará por todas las provincias de la Argentina, según afirmó el cura.

Bajo el lema «Ni un pibe menos por la droga», la peregrinación busca que «nadie se sienta que está afuera», aseveró Pepe y, en ese sentido, sostuvo que se puede trabajar con dicha premisa «desde una escuela, un club, una capilla, un centro comunitario porque si se trabaja bien en la prevención, logramos que un chico no caiga en la droga». A su vez, reiteró «el chico puede recuperarse cuando tiene una comunidad organizada, porque no es solamente dejar la droga, hay un montón de aspectos en la vida que lo va a poder resolver si la comunidad lo ayuda».

Respecto al trabajo comunitario que realizan, el Padre insititó en que «tiene que ser articulado entre el Estado, las comunidades y las organizaciones del pueblo», pero coincidió con el Gobernador en que, para ello, «hay que tener un espíritu realmente fuerte», y agregó «la parte espiritual es importante porque vence al individualismo que a veces se propone». En esa línea, citó al Papa Francisco cuando aseveró que «en una comunidad donde se realiza la persona, nadie se salva solo».

El Padre Pepe se refirió además a la importancia del mensaje que brindan las diversas instituciones de la sociedad: «La discriminación viene de muchos sectores, la gran prédica es no solamente para el que va a la capilla, para el que dirige una escuela, para el que va a un club, o a un centro vecinal», afirmó y sostuvo que «tenemos que entender que el adicto es un chico -o un adulto- que tiene un problema y que lejos de discriminarlo tenemos que darnos cuenta que tiene un problema al que lo podemos ayudar a resolverlo en la medida en que nos vayamos uniendo».

En ese marco, el Padre explicó que siquiera un club solo podrá hacerlo, sino que se requiere de un trabajo mancomunado. «Solos no vamos a poder hacerlo», exclamó y aseguró que «si un club piensa que solo va a hacer, está equivocado. Pero, el club más la capilla del barrio más el colegio del barrio, pueden realizar una tarea».

 

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