Jorge Capitanich: «Cristina es la líder del espacio y debe ser la candidata»
El gobernador expuso la propuesta de su libro en dos escenarios bonaerenses y puso a disposición del debate de país la propuesta de su último libro.
En la ronda de presentaciones de su último libro, “Argentina merece más”, el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich se refirió a la interna del Frente de Todos, diciendo que “Cristina es la líder del espacio y debe ser candidata”. Respecto de su libro y la propuesta de país que presenta, el mandatario comentó que “primero tenemos que discutir en serio un plan de gobierno y la formación de un equipo con la suficiente idoneidad para llevarlo adelante. Si este libro puede ser un aporte, bienvenido para el debate plural y democrático”.
En declaraciones a AM 750, Capitanich habló del análisis de las determinantes que condicionaron el futuro del país, planteando el centralismo en el que está organizada su vida social, política, cultural y económica.
Por qué un país federal
En “Argentina merece más”, Capitanich hace una propuesta: “Argentina necesita encarar un plan de gobierno integral sobre la base de tres vectores: primero, la quinta república, que es el equivalente a una reforma constitucional que configure un nuevo país de base federal con capacidad regulatoria del Estado sobre la base de un nuevo modelo de país. En segundo lugar, es ir a un régimen multi monetario sobre la base de moneda digital de curso legal y obligatorio que resuelva algunos problemas, como la liquidación de divisas; y por último un enfoque multidimensional de la pobreza con accesos a derechos en cantidad y calidad y la aplicación de una política de ingresos”.
Remarcó que “Argentina tomó decisiones estratégicas que condicionaron su futuro. Primero la concentración de la tierra, promoviendo un modelo agroexportador concentrado en el puerto de Buenos Aires, que genera asimetrías espaciales de ingresos y tensiones entre gobernabilidad y calidad institucional”.
El mandatario chaqueño explicó que “esto generó severos condicionamientos para el liderazgo político, con pendularidad de gobiernos civiles y militares, con interrupciones en el proceso de construcción de la identidad nacional sobre la base de un proyecto de país. En segundo lugar, una tensión entre actividad macroeconómica y crecimiento, lo que nos llevó a nunca poder sostener la tasa de crecimiento que nos permita mejorar la distribución del ingreso. Y en tercer lugar la tensión entre inclusión social y distribución del ingreso. Es decir, la inclusión genera menor nivel de conflictividad que la pugna distributiva, que es un esquema que permitió consolidar un poder corporativo con enorme capacidad de daño en la capacidad efectiva de distribución por encima de la capacidad regulativa del Estado”.
Capitanich dijo que “en esa inteligencia lo que vemos es que se acumularon restricciones como la insuficiencia de divisas en el mercado formal y el exceso en el mercado informal. Esto significa que tenemos dólares bajo el colchón, dólares fuera del circuito financiero, ahorro en moneda extranjera, es decir, una economía bimonetaria con insuficiencia. En segundo lugar tenemos un problema de restricción energética porque cuando la demanda crece la oferta no lo hace en la misma proporción y como consecuencia tenemos un impacto fiscal porque hay que poner subsidios para no afectar los ingresos de las familias y por otro lado, un serio problema de generación de oferta que permita tener un precio promedio de energía que sea más bajo y en consecuencia resolver el problema fiscal a largo plazo. Y en tercer lugar tenemos los problemas de retención logística: tenemos una matriz productiva que requiere mayor diversificación sobre la base de una nueva articulación de un país federal que significa fortalecer el corredor bioceánico norte, el central, el patagónico, la hidrovía Paraná- Paraguay, el corredor de la Ruta 40, unir los pasos fronterizos del Atlántico y el Pacífico. Es decir, una sola configuración de país para poner freno a la hegemonía centralista”.
Capitanich concluye en su libro que el escenario actual de Argentina “desemboca en una política industrial errática con serios problemas para agregar valor en la cadena productiva y una matriz productiva que tiene alta dependencia de insumos y bienes intermedios de importación”.
Finalmente, el mandatario chaqueño dijo que “cuando uno puede armar este rompecabezas de problemas debe también la restricción institucional: tenemos un serio problema con una Corte Suprema de Justicia, con alta preeminencia corporativa que condiciona severamente la justicia para el común de las personas”.