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Irán sumó una nueva condena contra Narges Mohammadi, Nobel de la Paz

La activista iraní enfrenta doce años y tres meses de cárcel y más de 150 latigazos como castigo por su militancia enfocada en rechazar el uso del velo obligatorio para las mujeres.

Un tribunal revolucionario iraní condenó este lunes a la premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi a 15 meses de prisión y dos años de exilio de Teherán por el cargo de difusión de propaganda contra la República Islámica, en la quinta sentencia contra la encarcelada activista desde 2021.

“El Tribunal Revolucionario condenó a Narges Mohammadi a 15 meses de prisión; dos años de exilio de Teherán y las provincias vecinas; dos años de prohibición de viajar; dos años de prohibición para participar en grupos políticos y sociales y dos años de prohibición de uso de teléfonos inteligentes”, informó la familia de la activista en un comunicado en la red social Instagram.

La iraní, de 51 años, se negó a presentarse en el juicio que se celebró en su ausencia en la sala 26 del Tribunal Revolucionario de Teherán el pasado 19 de diciembre, al negar la legitimidad del tribunal. “La sentencia parece un mensaje político para Narges Mohammadi, que repite las acusaciones de que ella incita repetidamente y anima al pueblo a realizar opiniones contra el régimen islámico para provocar el caos y disturbios”, indicó la familia, que además recalcó que el caso deriva de una demanda presentada por el Ministerio de Inteligencia iraní.

Precisamente se trata de la quinta condena contra Mohammadi desde marzo de 2021, tres de ellas debido a sus actividades dentro de prisión. Hasta la fecha, fue sentenciada a doce años y tres meses de cárcel y a más de 150 latigazos, según agregó la familia en la publicación.

El camino al Nobel

La militancia de la activista se ha enfocado en el rechazo del uso del velo obligatorio para las mujeres y de la pena de muerte. Fundó asociaciones por los derechos de las mujeres y escribió libros y artículos para denunciar especialmente los abusos de los que son objeto, en particular en las cárceles del país.

Actualmente se encuentra en la prisión de Evin, en Teherán, cumpliendo la parte de condena que le corresponde por la publicación del libro Tortura Blanca, sobre la situación de los presos bajo confinamiento, acompañado de un informe publicado en diciembre de 2022 sobre la situación específica de las presas y los abusos a los que se ven expuestas por parte del personal de las penitenciarías.

En octubre fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023, «por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y para promover los derechos humanos y la libertad para todos», señaló el Comité del premio. Este fue recogido el 10 de diciembre en una ceremonia en Noruega por sus hijos mellizos de 17 años, Ali y Kiana, quienes leyeron un discurso que ella escribió desde la cárcel.

«Soy una mujer de Medio Oriente, de una región que, aunque es heredera de una rica civilización, se encuentra actualmente atrapada en la guerra y presa de las llamas del terrorismo y el extremismo», afirmó Mohammadi en su mensaje. «Soy una mujer iraní que se siente orgullosa y honrada de contribuir a esta civilización, que hoy es víctima de la opresión de un régimen religioso tiránico y misógino», añadió, instando a la comunidad internacional a hacer más por los derechos humanos.

La militante feminista también describió a Irán como una república Islámica esencialmente ajena a su pueblo y denunció que hay represión, sometimiento del sistema judicial, propaganda, censura, nepotismo y corrupción. «El hiyab obligatorio impuesto por el gobierno no es ni una obligación religiosa ni un modelo cultural, sino un medio de controlar y someter a toda la sociedad», subrayó.

Un mes antes de este evento, Mohammadi protagonizó una huelga de hambre en prisión en rechazo al velo obligatorio para las mujeres y para protestar contra la falta de atención médica para los presos. Precisamente ella necesitaba una hospitalización urgente al padecer problemas cardíacos, pero rechazaba cubrirse la cabeza con un velo para su traslado. Sus acciones fueron efectivas ya que a los pocos días logró su objetivo. «Tras haber sido hospitalizada sin cubrirme y haber regresado de prisión, puse fin a mi huelga de hambre», escribió la activista, en un mensaje en inglés en su cuenta de Instagram y que su familia envió a la agencia de noticias AFP.

Más causas por no usar el hiyab

Por otro lado, además de la nueva condena a la Nobel de la Paz, la justicia iraní inició este lunes nuevas causas contra las periodistas Niloufar Hamedi, de 31 años, y Elaheh Mohammadi, de 36, por no usar el velo obligatorio, anunció la agencia judicial Mizan Online. El anuncio llegó un día después de que se difundieran en redes sociales imágenes de ellas posando sin velo a la salida de la cárcel de Evin tras ser liberadas bajo fianza.

Las reporteras estuvieron presas durante casi 17 meses, por haber contribuido a revelar públicamente la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años detenida en Teherán por la policía de la moral por supuestamente haber violado el código de vestimenta de la República Islámica, que obliga entre otras cosas a las mujeres a llevar velo en público. Su muerte desató una ola de protestas en todo el país.

Ambas fueron condenadas a penas de cárcel por diferentes cargos: colaborar con Estados Unidos, conspirar contra la seguridad del país y hacer propaganda contra la República Islámica. Actualmente están a la espera de su juicio en apelación, cuya fecha aún se desconoce y ambas tienen prohibido salir del país, indicó la agencia iraní Fars.

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