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Inician estudios para retormar la construcción del Gasoducto del Noreste

Cuando esté terminado, podrá transportar 3 millones de metros cúbicos adicionales. La obra, que fue paralizada a fines de 2015 por el gobierno anterior, prevé llevar gas natural a las provincias de Misiones, Formosa y Corrientes. La obra – según estimaciones preliminares – requeriría de una inversión total estimada en US$ 150 millones, dependiendo del estado funcional de los caños abandonados a lo largo de la traza.

La Empresa Integración Energética Argentina (Ieasa) retomó el análisis de los trabajos y el presupuesto que requerirán las obras para la finalización del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), que permitirá proveer gas natural proveniente de Bolivia a las provincias de esa región.

La decisión de reanudar la obra fue informada en los últimos días, tras la visita del presidente Alberto Fernández a la provincia de Formosa. La iniciativa se encuentra dentro de los trabajos que quedaron pendientes desde agosto pasado, cuando la gestión Cambiemos decidió modificar el proyecto y la obra quedó parada.

De acuerdo a distintas fuentes consultadas por Télam, el tramo faltante representa un 12 % del total, además de las obras complementarias necesarias, lo que demandará el diseño de una nueva licitación pública como la lanzada en 2017 y que fue finalmente dada de baja.

La obra – según estimaciones preliminares – requeriría de una inversión total estimada en US$ 150 millones, dependiendo del estado funcional de los caños abandonados a lo largo de la traza.

Este gasoducto cuando esté terminado podrá transportar 3 millones de metros cúbicos adicionales a los que ya transporta el gasoducto del Norte, aunque este volumen adicional puede incrementarse hasta 10 millones de metros cúbicos con la instalación de plantas compresoras según lo previsto en el proyecto.

Lo construido hasta el momento, fue habilitado parcialmente por la anterior gestión y se lo utiliza para mejorar la oferta a la ciudad de Rosario y a otras localidades santafesinas y chaqueñas, con gas inyectado desde el sur del país, lo que supone a su vez nuevas limitaciones por la falta de infraestructura.

Fuentes oficiales confirmaron que el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, encargó a la empresa Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa cuyo nombre el gobierno pretende reponer) que “rápidamente tome todas las acciones para reiniciar las obras”.

La instrucción que recibió la empresa estatal – que desde marzo conduce Andrés Cirnigliaro -, es la de “relevar el estado de situación del gasoducto”, agregaron las fuentes.

Los inicios

La obra cuyo proyecto original contemplaba la concreción de 1.500 kilómetros de ductos troncales y otros 1.500 kilómetros de ramales, se puso en marcha en 2007 con la idea de promover el abastecimiento de gas natural en las provincias del Noreste Argentino.

El inicio de la obra debió esperar hasta 2014, cuando se concretó la firma de los contratos que dieron comienzo oficial a la construcción del GNEA, que abarca a las provincias de Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Misiones, Salta y Santa Fe.

Con el cambio de gestión a fines de 2015, la obra fue demorada primero y paralizada después por la administración de Mauricio Macri y el entonces presidente de Enarsa, Hugo Balboa, argumentando cuestiones presupuestarias.
A esto se sumó la decisión oficializada en septiembre de 2018 de cambiar la traza original del GNEA, dejando de lado a las provincias de Misiones, Corrientes y Formosa.

Las fuentes oficiales consultadas resaltaron “la frustración de las provincias de la región por la interrupción del proyecto que las dejó sin gas natural, lo que significa que hay un montón de actividades industriales que no se pueden desarrollar y que representan una autolimitación al crecimiento”.

En esas provincias, que no cuentan con gas natural, los hogares tienen que pagar el gas licuado en garrafas, más caro que lo que demandaría el servicio por redes, y además hay inversiones que no se pueden proyectar por la falta de un insumo básico para muchas industrias como el gas y que es factor de competitividad y eficiencia.

El Instituto Argentino de la Energía (IAE), presidido por el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, expresó que “el gobierno nacional debe licitar nuevamente para la inmediata terminación del GNEA” al entender que “es fundamental que la oferta de gas boliviano se integre al mercado argentino en competencia con los propios yacimientos en mercados abiertos y competitivos”.

“El GNEA debe ser finalizado en todo su recorrido para lo cual es fundamental terminar el tramo EPC1 en la provincia de Salta y otros tramos menores en las provincia de Formosa”, expresó la entidad.

Por su parte, la directora del Observatorio de la Energía (OETEC), Belen Ennis, se pronunció a favor del proyecto al señalar que “el anuncio de su finalización es una excelente noticia dado que dichas obras permitirán ingresar un mayor fluido de gas proveniente de Bolivia”.

“Celebramos esta decisión, no sólo porque las obras que se finalicen cumplirán con el objetivo del GNEA de llevar gas natural al norte del país sino también porque con él llegará la justicia social en términos energéticos para millones de compatriotas”, expresó Ennis.

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