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Inicia el juicio oral contra el ex gobernador José Alperovich por la denuncia de abuso sexual de una ex asistente

Este lunes arrancará finalmente el juicio oral contra el ex gobernador de Tucumán José Alperovich, acusado de abuso sexual y violación contra una ex secretaria. En total, se lo acusa de nueve hechos: dos habrían ocurrido en un departamento de Puerto Madero, y el resto en la provincia de Tucumán.

En la audiencia de este lunes, se dará lectura al requerimiento de elevación a juicio pero no habrá testigos. Alperovich estará presente en la audiencia, que se llevará a cabo en el edificio ubicado en Paraguay al 1500.

La causa comenzó en 2019, cuando la joven, que trabajaba como su asistente personal, lo denunció por tres hechos de abuso sexual -dos de ellos cometidos en tentativa- y seis sucesos de violencia sexual agravada por haber sido con acceso carnal.

En un comienzo, la causa se tramitó en dos jurisdicciones distintas: en el fuero criminal y correccional de la Ciudad de Buenos Aires y en la justicia tucumana. Pero tras una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se resolvió que todos los hechos debían investigarse en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°35 de la Ciudad de Buenos Aires.

La denunciante era amiga de una de las hijas del ex gobernador y trabajaba en el círculo más cercano al político tucumano. Además, es hija de un primo segundo de Alperovich. “Los métodos para obtener el control de la víctima consisten en infligir el trauma psicológico de forma sistemática y repetitiva. Son técnicas organizadas de debilitamiento y desconexión. Estos métodos están pensados para causar terror e indefensión y destruir el sentido del yo de la víctima en relación con los demás. El efecto de esta técnica es convencer a la víctima de que el abusador es omnipotente, que resistirse es inútil y que su vida depende de que se gane indulgencia a través de la sumisión absoluta”, precisaron los fiscales Mariela Labozzetta y Santiago Vismara al momento de pedir la elevación a juicio.

Para los fiscales, era clave la asimetría que había entre Alperovich y la denunciante: la relación familiar que tenían; la diferencia de edad; la situación de dependencia laboral; el posicionamiento político y social del acusado, ya que Alperovich es “un reconocido político, con enorme influencia a nivel provincial y nacional, que gobernó durante años la provincia de Tucumán”.

 

Los dos primeros hechos habrían ocurrido en diciembre de 2017, en Zencity, un complejo de cuatro edificios ubicado en el Dique 1 de Puerto Madero. La joven había empezado a trabajar con el ex gobernador de Tucumán apenas unos días antes.

Según la denuncia, luego de cenar, Alperovich comenzó a manosearla y a besarla. La joven logró soltarse y se encerró en un dormitorio. Al día siguiente, el entonces senador actuó como si no hubiera pasado nada y hasta la mandó a comprarse un vestido a un shopping.

Apenas doce días después, el 27 de diciembre, la escena se habría repetido en el mismo lugar.

A partir de ese momento, los hechos se trasladaron a la provincia de Tucumán, en una casa alquilada y en los autos que utilizaba Alperovich para sus traslados de campaña.

Al momento de procesarlo, el juez Osvaldo Rappa tuvo en cuenta decenas de chats de WhatsApp incorporados a la causa entre la denunciante y sus compañeros de trabajo. Pero también las conversaciones con Alperovich. “Mi vida podrías ser un poquito más cariñosa, por ejemplo buen día, como amaneciste, aunque no lo sientas”, “sos mi dueña”, “te amo mucho”, y “te voy a proteger siempre”, son algunos de los mensajes que figuran en el expediente.

Alperovich nunca fue expulsado de la Cámara de Senadores y recién fue indagado en 2022, cuando ya había terminado su mandato. “Declaré durante más de una hora y media, y realicé un extenso descargo de mi defensa, analizando todas las pruebas presentadas en la causa y demostrando que se trata de una falsa denuncia con fines de excluirme de la escena política”, dijo ese días a través de las redes sociales.

Los abogados de Alperovich reclamaron durante más de un año que sea juzgado por un jurado popular. Pero el planteo fue rechazado por el juez de primera instancia, por la Cámara del Crimen, y luego por el juez del Tribunal Oral Criminal 29, Juan Ramos Padilla. Ese magistrado sostuvo que los juicios por jurados no están previstos para la justicia nacional -si bien lo establece la Constitución Nacional, el Congreso nunca sancionó la ley que lo regule- y que el delito por el que está acusado no fue transferido a la ciudad de Buenos Aires, donde su justicia sí tiene jurados de ciudadanos.

Fuente: INFOBAE

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