Huracán derrotó a Olimpo en un duelo clave por el descenso
Fernando Coniglio inauguró el marcador para la formación de Parque de los Patricios, a los 32 minutos del primer tiempo mientras que Mauro Bogado amplió las cifras, a los 33 del complemento.
Las escasas cuatro unidades de diferencia en el promedio que ambos equipos tenían entre sí antes del comienzo le daban una importancia vital al desarrollo del match.
Desde el pitazo inicial del rígido colegiado Espinoza se insinuó algo mejor el equipo de Alfaro en base a un buen manejo de balón por parte de sus volantes y a la peligrosidad de sus dos arietes.
El local no pudo hacerse del esférico en toda la primera etapa y resultó incapaz de comprometer la tranquilidad del poco exigido arquero Marcos Díaz en dicho lapso.
Producto de la citada preeminencia la visita consiguió abrir el marcador luego de un quite de Pussetto en su propio campo, quien cedió para Ábila para que éste habilite a un Coniglio que se hallaba en posición dudosa antes de birlar la desesperada salida de Gabbarini.
En el complemento el entrenador del dueño de casa intentó adosarle algo de agresividad al parsimonioso andar de su conjunto con el ingreso del delantero Vila en lugar de un volante y dicho cambio de actitud casi le otorga el empate tras un centro del exdelantero de River Plate que derivó en una habilitación y posterior remate de Depetris que contuvo el guardavallas «Quemero», a los 11 minutos.
Tras cartón y asumiendo riesgos, Sciacqua colocó en cancha a Lentini y a Costa y comenzó a visitar más asiduamente el área de un «Globo» ya plantado de contragolpe.
Con buen tino el sapiente «Lechuga» colocó a Romero Gamarra en reemplazo del extenuado González logrando de esta manera un indispensable cambio de aire en el medio del terreno que lo hizo retomar su dominio inicial.
Con Vila en cancha pero lesionado ya que Olimpo había realizado las tres modificaciones, Huracán le dio el golpe de gracia a su diezmado oponente tras un remate lejano del ingresado Bogado que se incrustó en el ángulo superior izquierdo de un estático Gabbarini, lo que a la postre se constituyó en la exacta diferencia entre un equipo en alza y con síntomas inequívocos de mejoría desde lo táctico y otro que sigue añorando a las muchas figuras que ya no pertenecen a su plantel profesional.
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