Gustavo pidió a San Fernando por la unión de los resistencianos y resistencianas para enfrentar las dificultades
Como cada 27 de agosto, Resistencia rindió homenaje a su patrono San Fernando Rey. Gustavo participó e invocó al santo y a Dios para pedir por la paz, la tranquilidad y la unión de los resistencianos.
La jornada declarada de interés municipal y cultural comenzó con un izamiento de banderas en el Mástil Mayor de avenida 9 de Julio y Güemes, donde la Banda Municipal “Luis Omobono Gusberti” ofreció su acompañamiento musical para la entonación del Himno Nacional, que fue previo a la oración dirigida a los presentes por parte de referentes de la Mesa Interreligiosa del Chaco.
TRABAJAR JUNTOS
Ya sobre la fachada de la Iglesia Catedral, se realizó una ofrenda floral a la figura de San Fernando Rey y a la de la Virgen Inmaculada Concepción de Jesús. Allí, Gustavo expresó: “Sabemos que vivimos momentos difíciles, entonces está bueno poder siempre encomendarnos a nuestros santos y a Dios para que reine la paz y para que calme la desesperación”.
“Creo que hoy es más que importante que trabajemos todos juntos para que podamos construir una sociedad mucho más tranquila y civilizada, que soportemos los problemas y que no desesperemos. No hay una situación de tristeza ni una situación de dolor que dure toda la vida. Por eso estamos convencidos de que tenemos que continuar nuestro camino”, concluyó en referencia al paso de los efectos más duros de la pandemia y a la presente situación económica nacional.
TRANSFORMAR LA REALIDAD
Por su parte, el arzobispo de Resistencia, Ramón Alfredo Dus, mencionó que San Fernando fue un santo laico (ni monje ni clérigo) y que ese camino puede ayudar como ejemplo “a transformar las realidades sociales y a vivir en una conciencia de ciudadanía”, tal como significa la hace poco incorporada figura del santo argentino Cura Brochero que tuvo “la misma dirección de construcción social”.
San Fernando Rey se conmemora el 27 de agosto recordando que está zona se había puesto bajo su protección en 1750, cuando los padres jesuitas fundaron la reducción de indígenas abipones, en proximidades del río Negro, donde actualmente es avenida 25 de Mayo al 2000 y existe un monolito recordatorio.