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“Esta gente se está valiendo del dolor de otros para seguir propagando el virus y debilitar a un gobierno”, sostuvo Fanti

Tildó de “oportunistas” a quienes organizan y convocan a marchas “anticuarentena”, como la que tuvo lugar el martes en Resistencia y otros puntos del país, y dijo que “es un pecado” exponer a tantas personas en una situación tan grave como una pandemia. Pidió que algún fiscal actúe de oficio.

“Estamos ante un cinismo muy dañino, porque mata. El cínico es el que miente por naturaleza y esta gente está mintiéndole a otros, aduciendo derechos y valiéndose del dolor y del sufrimiento para seguir propagando el virus y que, de ese modo, el gobierno sea debilitado. Es un acto de barbarie”, resaltó y reflexionó Atilio Fanti. De esa manera, como ciudadano y también como directivo de la Universidad Popular de Resistencia, se refirió a la marcha “anticuarentena” que tuvo lugar en esta capital el martes por la tarde, y en distintos puntos del país, en el peor momento de propagación del coronavirus.

En diálogo con Agencia FOCO, luego de exponer los criterios adoptados por la Universidad que preside para el dictado de clases, incluyendo su postura acerca de las clases presenciales, Fanti se refirió a quienes organizan, convocan y lideran este tipo de manifestaciones en la vía pública, asegurando que no pertenecen a los sectores más afectados por las restricciones y que utilizan políticamente a las personas que sí están damnificadas económicamente. Además, dijo que quienes son referentes o dirigentes políticos tienen “la responsabilidad de apelar a que la gente se quede en su casa”.

 

“Estas marchas, como las que organizaron el martes, son repudiables porque parten de una mirada ególatra y egocéntrica, utilizando argumentos que caen muy bien en una sociedad que está enojada, espantada, con miedo y llena de dudas», opinó Atilio Fanti.

 

 

“Comprendemos el enojo que hay en la sociedad y la angustia que hay en los padres. También el enojo que hay hacia la conducción política en general a nivel nacional y en las provincias. Comprendemos que la gente esté irritada. Pero apelamos a que se comprenda también que esta es una pandemia”, contrastó.

En ese marco de análisis, y ante uno de los pedidos vistos en las consignas de las marchas del martes por el retorno a las clases presenciales, recordó que en Europa el primer país que restauró el dictado en las escuelas fue Dinamarca. “Venimos siguiendo ese proceso y han tenido que cerrar y abrir varias veces en función de la cantidad de contagios que aparecen. Estamos hablando de poblaciones que están mayoritariamente vacunadas”, marcó. Al respecto, resaltó que la vacuna no garantiza que una persona quede exceptuada de contagiarse ni de poder contagiar a otras personas.

 

Mirada egocéntrica

 

“Estas marchas, como las que organizaron el martes, son repudiables porque parten de una mirada ególatra y egocéntrica, utilizando argumentos que caen muy bien en una sociedad que está enojada, espantada, con miedo y llena de dudas. Entonces, hablar de libertad y derechos a una sociedad en ese estado parece muy fácil”, opinó Fanti.

Sin embargo, subrayó la necesidad de hablar, en este contexto, “de las obligaciones que tenemos colectivamente”. “Quienes somos referentes o los dirigentes políticos, tenemos la responsabilidad de apelar a que la gente se quede en su casa. Sabemos muy bien de las crisis que tiene el sector empresarial. Pero mirando los asistentes que tenía la marcha, se veían abogados, escribanos, gente que vive de un sueldo en la Legislatura”, expuso.

En esa línea, continuó: “Sé de algunos que lideran esas marchas y viven de rentas, ni siquiera trabajan de su profesión. Entonces, cuando se actúa de este modo, estamos hablando de un acto cínico, donde se utiliza una pandemia para capturar adhesiones para la política o para un posicionamiento políticoEso es realmente hacer el mal, porque esto cuesta vidas a muchas personas que se contaminan y también demora la salida de la pandemia”, alertó.

Por eso habló de “los mensajes” que se emiten a la sociedad y la necesidad de hacerlo con responsabilidad, en un escenario donde es una necesidad imperativa bajar el número de contagios de coronavirus.

Retomando la idea de quienes organizan las marchas como la que tuvo lugar el martes en torno a la plaza 25 de Mayo de Resistencia, Fanti señaló: “Yo acepto los argumentos de pequeños comerciantes, que están con tremendas dificultades, o de quienes son cuentapropistas y ve caer sus ingresos cotidianos. Pero los que convocaron a esta marcha se valen de los enojos de esas personas para difundir más el virus. Por eso habría que interrogar a quienes convocan a estas marchas para conocer en qué los afectan las restricciones”.

“En realidad –siguió- se trata de oponerse y de ser oportunista en una situación tan grave como una pandemia. Eso es un pecado. Hay que hacerle una denuncia penal a esta gente. Yo espero que algún fiscal intervenga de oficio”, subrayó.

“Nosotros lidiamos con los padres, con el deseo de que los chicos vayan a la escuela; tenemos que decidir y decidimos cerrar durante estos nueve días. Y nos aguantamos esa presión. Pero estas personas (que organizan marchas) ¿la presión de quién aguantan? Van y hacen una convocatoria a través de las redes sociales y después algunos van y miran desde el auto”, sostuvo Fanti.

Luego de señalar que “la oposición política en Argentina apostó a expandir los contagios, según lo reflejó el diario británico The Guardian”, pidió: “Quisiera que quienes siguen a esta gente revisen a quiénes están siguiendo, porque es gente que apuesta a su muerte”.

“No es una grieta política ni siquiera de que cuanto peor mejor, sino de la vida de nuestros compatriotas, de las personas que habitamos este territorio. Y, si no les gusta este gobierno, que sigan lidiando para comprar votos y recuperar el gobierno. Pero no apostar a la muerte, como lo están haciendo, para posiblemente ganar una elección. Creo que cada vez pierden más adeptos con esta posición. Lo que hacen carece de sentido común”, enfatizó.

 

Las clases en la Universidad Popular

 

Al margen de su visión y reflexión sobre las marchas convocadas, el directivo se refirió a la actividad en la Universidad Popular, en Resistencia, casa que cuenta con tres niveles de enseñanza: un jardín de infantes, una escuela primaria y una escuela de Artes y Oficios, con un total de 3000 alumnos.

“El año pasado cerramos la Universidad unos días antes de que el Gobierno lo dispusiera, porque entendíamos el riesgo de contagio que había por la cantidad de personas que circulan cada día”, recordó, exponiendo así un criterio que la casa de estudios mantiene hasta estos días, a más de un año del inicio de la pandemia. Sin embargo, dejó claro que “las clases virtuales se dieron todo el año pasado”.

“No estuvimos de acuerdo del todo con el reinicio de clases presenciales. Nos pareció que, al haber tantos contagios, lo mejor era suspender. De todos modos, acatamos la decisión del Ministerio de Educación y dimos clases por mitades en el jardín de infantes y en la escuela primaria”, comentó, especificando que las clases en los cursos y tecnicaturas que dicta la Universidad no se iniciaron. “Solamente dimos algunos exámenes finales, pero sin asistencia de ese grupo de personas que es el de mayor edad”, indicó.

“En los últimos tiempos, solicitamos al presidente de la Legislatura de la provincia y al Ministerio de Educación la posibilidad de suspender las clases, porque veíamos que había mucho riesgo. Por ejemplo, a la salida de la escuela primaria, los padres se aglomeran en la esquina de la Universidad. Instrumentamos un sistema para que un grupo vaya por calle Santa Fe y otro por calle Mitre, pero sin resultados exitosos”, relató finalmente.

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