Josese Eidman, presidente de la Fundación Urunday, señaló que “el patrimonio escultórico de Resistencia, la Ciudad de las Esculturas sigue creciendo y estamos orgullosos de contribuir a nuestra identidad, esa idea que empezó a principios de los ´60 con El Fogón de los Arrieros, luego se consolidó con la Comisión de Promoción Artística. La aparición de la Fundación Urunday, a fines de los ´80, fue de vital importancia para consolidar ese propósito y también para garantizar la continuidad de los concursos de escultura al aire libre que hoy posiciona al Chaco en el mundo”.
El artista
David Bucio nació en México y participó de simposios internacionales de escultura en Suiza (2006), Tailandia (2008), Turquía (2010 y 2013), Portugal (2011), Rusia (2012 y 2013), China e India (2014). También dictó conferencias tales como “Escultura urbana en México, pasado y presente” en Seúl (Corea del Sur, 2011) y realizó exposiciones colectivas e individuales.
Respecto a la obra, el artista señala: “Con la intención de compartir un poco la cultura de mi país a través de mi trabajo; he tomado como referencia la cosmovisión maya de los equinoccios, estos estaban relacionados con Kukulkán, quien para los Aztecas era Quetzalcoatl quien para ambas culturas era el dios de la renovación y rejuvenecimiento de la vida. Esta propuesta escultórica es un voto de fe en la renovación como especie, una invitación a mirar a nuestro pasado, a encontrar en nuestras raíces la conexión con nuestro entorno y con nuestros semejantes, es la confianza en mi especie”.