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¿En qué consiste el Sistema de Alerta Temprana de Olas de Calor y Salud?

El Servicio Meteorológico Nacional lo implementa con el fin de anticipar a la población y evitar los riesgos para la salud.

Desde el 2010, el Servicio Meteorológico Nacional comenzó a implementar en la ciudad de Buenos Aires el Sistema de Alerta Temprana por Olas de Calor y Salud, con el fin de poder anticipar a la población situaciones meteorológicas extremas y sus posibles efectos en la salud.

“El objetivo es que tanto la población como los organismos de protección civil puedan tomar las medidas de prevención, mitigación y de respuesta adecuadas a cada nivel de alerta”, explican desde el organismo.

Con el paso de los años, la entidad extendió este sistema al resto de las provincias del territorio argentino, exceptuando la Patagonia.

El organismo define una ola de calor como “un período en el cual las temperaturas máximas y mínimas igualan o superan, por lo menos durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, ciertos umbrales que dependen de cada localidad”.

El sistema de alertas consiste en cuatro niveles que indican los estados del tiempo y su potencial efecto en la salud de la población. Se los identifica con los colores verde, amarillo, naranja y rojo, de acuerdo a su intensidad.

El verde no implicaría riesgos sobre la salud, por lo que no se emitiría un alerta como tal, ya que corresponde a un clima adecuado para la localidad.

El amarillo corresponde a una ola de calor que puede ser peligrosa especialmente para grupos de riesgo, es decir, bebés, niños, adultos mayores y enfermos crónicos. En este estadio, se superan los umbrales de las temperaturas máximas y mínimas y se mantienen durante 24 y 48 horas.

Un alerta naranja advierte que las temperaturas extremas se extenderán por más de 48 horas y representan un riesgo moderado a alto para la salud. En este caso, será necesario tomar los recaudos para evitar un golpe de calor, ya que pueden ser muy peligrosas para los grupos de riesgo.

Con respecto a la alerta roja, se declara cuando la ola de calor se vuelve extensa y excepcional, con pronósticos de altas temperaturas, con un efecto alto-extremo en la salud de toda la población, no solo de grupos de riesgo.

Un golpe de calor se produce por la pérdida de agua y sales esenciales que el cuerpo humano necesita para el buen funcionamiento. Sus principales síntomas son: fiebre, sed intensa, sensación de calor sofocante, piel seca, dolor de estómago, falta de apetito y náuseas, dolor de cabeza, mareos e incluso desmayo.

En los bebés, también puede observarse la piel irritada por la transpiración en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y en la zona del pañal, irritabilidad y llanto. Se recomienda refrescar el cuerpo y asistir al médico.

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