Mónica María Del Carmen Ramos Yañez es la jugadora de mayor edad de la historia del reality.
Esta semana empezó la versión chilena de Gran Hermano con alguna que otra polémica. Lo más llamativo que pasó durante la primera gala del reality tuvo que ver con la participante de mayor edad de la historia del reality: la conductora del ciclo no la despertó y generó polémica.
Se trata de Mónica María Del Carmen Ramos Yañez, una jubilada de 77 años que superó a Walter “Alfa” Santiago como la participante de más edad de la historia del ciclo.
Mientras Mónica dormía la siesta, la presentadora del programa, Diana Bolocco, reunió a todos los participantes en el living para hablar con ellos, pero no despertó a la mujer, que estaba en la cama. El hecho -inédito- en un Gran Hermano no pasó desapercibido en el país trasandino y fue materia de debate en medios y redes sociales.
Quién es Mónica Ramos Yañez, la participante de más edad en la historia de Gran Hermano
En las redes sociales de Gran Hermano Chile (Chilevisión) figura una pequeña bio de Mónica María Del Carmen Ramos Yañez: es la jugadora de más edad del programa, con 77 años.
A pesar de que cobra una pensión, trabaja como comerciante en una feria. Según contó en su presentación, le encanta bailar tango y se anotó en el programa para poder tener “la experiencia más desafiante” de su vida.
Yañez vive en La Florida, una comuna ubicada en la Región Metropolitana de Santiago de Chile, la capital de ese país trasandino. De acuerdo a lo que dijo la mujer, cuando era chica trabajó ayudando a su madre, fue ascensorista en un edificio, donde conoció a su marido.
Luego de que se casó, tuvo tres hijos y se convirtió en ama de casa, aunque hace años se dedica a vender todo tipo de artículos en las ferias de Santiago.
La decisión de haberse anotado en el reality no le cayó nada bien a su esposo, que se opuso a que Mónica llegara a la televisión. En una charla con uno de sus compañeros, la mujer expuso la intolerancia de su pareja.
“Cuando supo que quedé seleccionada, le pegó a una mesa que tengo en un comedor, una patada. Me dijo: ‘¿Cómo se te ocurre participar, vieja ridícula, con el pelo morado (violeta)?’”, relató.
Entonces, Mónica lo enfrentó cara a cara. “Yo también pesqué fuerza, y le pegué fuerte a la puerta de mi pieza. Le dije: ‘¿Qué te has imaginado?. A mí nadie me manda. Mi padre era el único que me mandaba, y hace años que se murió. Si tú me dices que no, mala suerte nomás. Voy a ir igual’”, cerró.