Policiales

Empleada doméstica detenida por el doble crimen del abogado y su esposa, estuvo cara a cara con el fiscal: qué dijo

La sospechosa, identificada como María Ninfa Aquino (64), de nacionalidad paraguaya quedó imputada por el asesinato de sus empleadores, José Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72), quienes fueron encontrados sin vida el jueves pasado.

La empleada doméstica que está detenida por el doble crimen del abogado jubilado de 74 años y su esposa de 72, que fueron hallados sin vida el jueves pasado en su casa situada en el partido bonaerense de Vicente López, negó estar vinculada a los asesinatos y no quiso responder preguntas. En ese contexto, la fiscalía pidió que siga bajo arresto como supuesta entregadora de la pareja.

La detenida, identificada como María Ninfa Aquino (64), de nacionalidad paraguaya, hizo su descargo por escrito ante los fiscales Martín Gómez y Alejandro Musso que la imputaron como «partícipe necesaria» de «robo y homicidio agravado criminis causa», que tiene una pena de prisión perpetua.

La acusada negó estar vinculada al hecho pero no aceptó responder preguntas de los representantes del Ministerio Público, según sostuvieron fuentes judiciales.

«Dio una declaración muy vaga de una carilla y media y no completó los huecos oscuros», dijo un vocero encargado de la pesquisa respecto al escrito presentado por la defensa de la mujer y a su versión que brindó del caso.

De esta manera, los fiscales pidieron la conversión de la aprehensión en detención de la imputada al juez de garantías interviniente por el doble asesinato de sus empleadores José Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72).

s que Aquino fue la persona que halló los cadáveres y quedó aprehendida por una serie de contradicciones y actitudes extrañas que mencionó en su relato.

Además, en el allanamiento realizado en su casa de la calle Magaldi al 2400, de la localidad de Pablo Podestá, en el partido bonaerense de Tres de Febrero, los detectives encontraron una billetera de cuero rojiza que era propiedad de la víctima y donde se cree que la mujer podía tener escondida la llave de la caja fuerte de donde robaron dinero y joyas.

Según los pesquisas, en primer lugar, la mujer contó que llegó a las 6.50 del jueves y recién a las 9 le llamó la atención que el matrimonio no hubiera bajado a desayunar, pese a que además vio que estaba intacta la cena, un plato con brócoli y alcauciles que ella les había dejado cocinada para la noche anterior.

Tampoco advirtió cuando llegó el desorden que el o los asesinos habían dejado en varios ambientes de la casa que estaban revueltos.

«Ella dijo que creyó que era por la mudanza que iban a hacer sus patrones, pero las cosas de la mudanza estaban perfectamente embaladas», aclaró uno de los investigadores.

De acuerdo a lo reconstruido por los fiscales, la empleada doméstica le mandó a las 9 de la mañana un mensaje a la acompañante terapéutica que también trabajaba en la casa para asistir a Del Río por sus problemas de movilidad, para avisarle que no habían bajado a desayunar.

Fue esa mujer -llamada Blanca- quien le sugirió a «Nina» que vaya a la cochera y recién allí la empleada encontró asesinados al matrimonio Del Río dentro del auto que estaba en el garaje.

«Es extraño que después de ver esa escena, apagó la luz, volvió a cerrar la puerta que lleva desde la casa a la cochera, ponerle llave y colgarla en el llavero. Y en vez de salir corriendo y pedir ayuda a los vecinos o llamar a la Policía, nos dijo que se puso a ordenar la casa», confió otra de las fuentes.

Otro de los indicios que hicieron sospechar a los fiscales es que en el celular de Aquino, los peritos que lo analizaron con el software UFED ( Dispositivo Universal de Extracción Forense, según sus siglas en inglés) detectaron una foto borrada de la misma billetera rojiza, marca » Prune», donde según uno de los hijos de las víctimas, su madre podría haber guardado la llave de la caja fuerte.

«La foto está borrada de hace un tiempo, pero la pudimos recuperar. La explicación que dio es que esa billetera se la había regalado la señora, que allí alguna vez guardó 2.000 pesos, la perdió y el día que la encontró, le sacó una foto y se la mandó a su hija para avisarle que había aparecido», confió a Télam uno de los investigadores.

A Gómez y Musso también les pareció sospechoso que pese a la cantidad de años que llevaba trabajando en la casa, Aquino dijo desconocer la existencia de una caja fuerte, mientras que la otra empleada, la enfermera, que llevaba menos tiempo de trabajo, sí lo sabía.

«Hubo sustracción de valores, dinero, joyas en lugares determinados de la casa que sin conocimiento previo o sin que lo revelen las víctimas, no podrían haber accedido», afirmó uno de los investigadores.

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