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El Paraná, un río con muchas variaciones y que crece progresivamente con los años

Un estudio realizado en el Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades de la UNNE advierte una tendencia creciente de los caudales, con ciclos por debajo y por encima de dicha tendencia alternados entre sí, y una estacionalidad de variaciones positivas a finales de verano y negativas al inicio de la primavera.

La prolongada bajante histórica actual del río Paraná refleja en realidad la principal cualidad de este río que es la variación de su caudal. Así lo indica un estudio realizado en la UNNE analizó estadísticamente la variación del caudal del Río Paraná en la ciudad de Corrientes a lo largo del tiempo (1910-2017). En la centenaria serie, se advierte una tendencia creciente de los caudales, con ciclos por debajo y por encima de dicha tendencia alternados entre sí, y una estacionalidad de variaciones positivas a finales de verano y negativas al inicio de la primavera.

Los ríos configuran el paisaje y resultan de la interacción entre múltiples elementos del espacio geográfico.

El análisis evolutivo de un río es efectuado a través de sus distintos caracteres susceptibles de ser medidos continuamente. Uno de ellos es el caudal, expresado en metros cúbicos por segundo (m3 /s), que es una medida hidrométrica muy importante porque representa la cantidad de agua que fluye en el cauce de un curso fluvial por unidad de tiempo.

En el caso del río Paraná se caracteriza por ser muy caudaloso en términos absolutos, aunque ha presentado variaciones a través de los años.

Al respecto, para profundizar el conocimiento sobre el comportamiento del río Paraná, una investigación analizó estadísticamente la variación del caudal del río en la ciudad de Corrientes para más de 100 años (1910-2017).

El estudio fue realizado en el Departamento de Geografía de la Facultad de Humanidades de la UNNE, a partir de la descomposición clásica de series temporales, donde se identificó la tendencia, los ciclos, la estacionalidad y un evento atípico del río. Se utilizaron datos de caudales medio mensuales (expresados en m3 /s), de la estación de aforo Corrientes de la Red Hidrometeorológica Nacional.

“Se advierte una tendencia creciente de los caudales del Río Paraná en la ciudad de Corrientes, con ciclos por debajo y por encima de dicha tendencia alternados entre sí, y una estacionalidad de variaciones positivas a finales de verano y negativas al inicio de la primavera” expresó respecto a lo observado el autor del estudio, el licenciado Pedro Blanco, Jefe de Trabajos Prácticos de la cátedra Hidrografía Marina y Continental (HUM-UNNE).

Respecto a los componentes analizados, explicó que la «Tendencia» es el movimiento a largo plazo del conjunto de datos, una variación lenta, persistente y regular que implica frecuentemente crecimiento o decrecimiento. Mientras que los «Ciclos» son los movimientos periódicos o cuasi-periódicos a largo plazo del conjunto de datos, caracterizados por oscilaciones de amplitud variable siempre superiores al año donde se indica una secuencia de observaciones por encima y por debajo de la tendencia.

En tanto, la «Estacionalidad» es el movimiento periódico a corto plazo del conjunto de datos, vinculado a las estaciones, que se repite regularmente a través de los años, y por último los «Eventos atípicos» son fenómenos anómalos o extraños en el comportamiento normal del conjunto de datos, los cuales no muestran regularidad y se relacionan con valores extremos.

Observaciones. Bajo esas definiciones, en el estudio se observó que la tendencia de los caudales anuales del Río Paraná en la ciudad de Corrientes es creciente para el período comprendido desde 1910 hasta 2017, con un incremento promedio de 494,48 m3 /s de año en año.

El río en Corrientes presenta al menos cuatro ciclos de caudal negativos y cuatro positivos para el período estudiado (1913-2014) alternados sucesivamente entre sí. A pesar de esto, se advierte que la duración de los mismos no es regular ni tampoco existe una periodicidad dada.

En relación a los valores que asume cada fase, las negativas tienen más regularidad en las diferencias respecto de la tendencia general que las positivas: en el primer caso, los caudales fluctúan entre 12.000 y 43.000 m3 /s mientras que, en el segundo caso, varían entre 6.000 y 58.400 m3 /s.

En cuanto a la “estacionalidad”, las mayores diferencias positivas se encuentran en febrero y marzo, mientras que las negativas se dan en agosto y septiembre; esto quiere decir que en dichos meses del año hay más variación porcentual del caudal (por encima y por debajo del valor medio, respectivamente).

Entre el máximo y el mínimo existe una amplitud aproximada de 11,24%, con un decrecimiento general a lo largo de siete meses desde marzo hasta septiembre y un notable incremento en cinco meses de octubre a febrero.

Según la variación del caudal a lo largo del período 1910-2017, en la estación de aforo Corrientes se identificó a simple vista un valor atípico (de 462.725,3 m3 /s, específicamente) que se correspondió con la creciente ocurrida en el año 1983 en la capital correntina y sus alrededores.

“El caudal es una medida hidrométrica variable en el tiempo. Su importancia geográfica radica en las distintas maneras en las que influye sobre el paisaje” señaló el licenciado Blanco, quien destacó la importancia del estudio realizado.

Agregó que los ríos representan una síntesis de las condiciones naturales del medio, ya que no sólo se encargan de configurar y/o modificar el paisaje, sino que también los mismos resultan de la interacción entre múltiples elementos que conforman el espacio geográfico: físicos (topografía, clima, etc.), biológicos (flora y fauna) y humanos (económicos, culturales, políticos, etc.).

La bajante actual

Tras la exposición de los principales resultados del estudio realizado sobre en el período 1910-2017 del río Paraná, el licenciado Pedro Blanco respondió algunas preguntas del Área de Prensa de Rectorado de la UNNE para vincular lo observado en la investigación con el actual periodo de bajante que afecta al río.

-¿Qué registros de bajantes pronunciadas encontraron en el estudio?

En primer lugar, lo que se pudo detectar en el estudio es que, en promedio, durante una serie de casi 100 años ha habido cuatro ciclos de caudal anual cuyos valores registrados han estado por debajo de la tendencia general, lo que quiere decir que el Paraná en la ciudad de Corrientes ha presentado al menos cuatro períodos de distintas duraciones en los que las cifras de caudal anual han sido inferiores al comportamiento general de la serie.

Particularmente, se pudo ver que algunos años han registrado valores promedios muy acentuados de bajantes, como en 1944 donde el caudal anual estuvo un 75% por debajo de la tendencia o en 1968 fue un 68% menos respecto a la tendencia. A estas cifras, si las complementamos con datos de alturas medias mensuales de las aguas, podemos ver una relación interesante: en 1944 fue de 1,18 metros (incluso, de junio a diciembre fue menos de un metro) y en 1968 fue de 1,74 metros (de julio a octubre fue menos de un metro).

Otros años donde los caudales han sido inferiores a la tendencia fueron en 1934, 1964 y 1970, aunque éstos tuvieron una menor magnitud que los de 1944 y 1968.

-¿Las crecientes son más frecuentes que los períodos de estiaje?

Para el período analizado (1913-2014), los valores de caudal del Río Paraná en la ciudad de Corrientes no han mostrado una mayor recurrencia de crecientes respecto de las bajantes. Esto quiere decir que en un período de casi 100 años no se evidenció un incremento de las crecientes respecto de los estiajes en el Paraná en Corrientes, aunque sí se advierte un aumento promedio poco marcado del caudal de aproximadamente 495 metros cúbicos por segundo.

Aunque parezca contradictorio con la pronunciada bajante que se está presenciando en el año (2020), se ha visto un comportamiento promedio bastante regular de los caudales del Paraná donde los mismos fluctúan alrededor de la tendencia general, por lo que considero que habría que prestar mucha atención en qué fase se encuentra el río en este momento (al menos estadísticamente hablando).

-¿Existen diferencias en cuanto a la duración de los procesos de bajantes y crecientes?

Si, se pudieron identificar claras diferencias en cuanto a la duración de las crecientes y bajantes cuyos caudales anuales del Paraná en la ciudad de Corrientes (1913-2014) se ubicaron por encima y por debajo de la tendencia, respectivamente. Esto quiere decir que, en general, se han manifestado distintas duraciones de los ciclos de crecientes y estiajes: por ejemplo, desde 1935 hasta 1956 (22 años) se detectó un período con valores promedios de caudal anual inferiores a la tendencia, mientras que la misma situación ocurrió desde 2001 hasta 2012 (12 años), es decir, 10 años menos de duración.

En lo que se refiere a “duración de los ciclos de caudal anual”, no se logró advertir una regularidad o patrón, lo que permite afirmar que los procesos de bajantes y crecientes son fenómenos sumamente complejos, donde existen muchos factores que han de influir en el comportamiento del río, por eso considero que es necesario ir más allá de la estadística para realizar un trabajo más completo, holístico y multidisciplinario.

Fuente: Agencia Foco.

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