El Hogar Madres del Sol desde el año 2000 con el trabajo social como bandera

Ser Madre es grandioso, imaginarse ser madre del sol, es como ser madre de todo en la vida.

Allá por el año 2000 Norma y Marita comenzaron a realizar su trabajo social en Barranqueras, primero en las calles, luego en la casa de sus padres, en el comedor y debajo de un árbol de mango, junto a otras diez mujeres. La mayoría de las mujeres que acudían, a lo que en los inicios fue una Asociación, eran víctimas de violencia de género. Las mismas recibían contención psíquica y emocional, realizaban manualidades, exposiciones y ventas de los productos. De esa manera solventaban los gastos propios de una asociación, como ser hojas, folletería y gestiones administrativas».

Norma tiene su familia, pero ama su trabajo y se dedica al refugio tiempo completo. Realiza gestiones en cada oficina del estado municipal, provincial y nacional. Trabaja inter institucionalmente, junto a los centros de salud, escuelas, comisarías y juzgados, genera encuentros y jornadas, todo para beneficio de las personas que acuden en busca de ayuda.
Los 25 de cada mes, son los días claves, las calles se visten de amarillo, y ahí la ves a Norma y sus chicas muy abanderadas, simulando al sol.

Marita, es psicóloga social. Decidió estudiar mientras trabajaba en la asociación porque tuvo la necesidad de contar con las herramientas para brindar mayor y mejor contención a las personas que asistían a la misma. También se encarga de la administración del refugio, de armar horarios de los grupos de cocina, de guardia, y ordenar los archivos. Mujer ordenada y constante, pero sobre todo una hermana incondicional.

Dentro del equipo interdisciplinario se encuentra el Dr Reynaldo Francia, quién se unió en el 2014. Su tarea es capacitar a las operadoras que forman parte del refugio, todos los jueves a la siesta. Brinda talleres de derecho, ciudadanía, violencia familiar, de género etc. y entrega una certificación de asistencia.

El Dr Francia, realiza capacitaciones en todo el interior del Chaco, del resto del país y tiene su empleo. Sin embargo cada jueves, apuesta a intentar mejorar la estima y empoderar a esas mujeres que buscan salir adelante. Considera que es un trabajo arduo para un gran cambio de un paradigma cultural.

Con el transcurrir de los años, cada vez acudían más mujeres a la asociación, entonces vieron la necesidad de generar un espacio físico y en el año 2017 abrieron las puertas del Refugio Madres del Sol. Allí asisten personas que necesiten refugiarse de los golpes físicos y del maltrato psicológico.

Una de ellas es Araceli.

Araceli conoció el refugio a través de un folleto que le trajo su hija de la escuela.

“Tenía el alma rota. Pero tomé la decisión de salir, descubrí gustos que no sabía que tenía, fue un proceso, fue difícil, ES difícil,”.

Araceli hizo tratamiento psicológico, trabajó junto a sus compañeras haciendo manualidades y vendiendo, terminó sus estudios y es enfermera profesional. Logró retirarse de su casa y formar un nuevo hogar con sus hijos y con una nueva concepción del concepto de GÉNERO. Ya desde un lugar resiliente, hoy es una de las operadoras de derecho que trabaja como tal en el refugio y ayuda a otras mujeres a salir de esas situaciones de conflicto y de violencia.

Araceli sueña que sus nietos y nietas ya no sufran ningún tipo de violencia y todo lo que aprende en el refugio, que para ELLA es una ESCUELA, lo replica en su casa. Araceli tiene SUEÑOS…Y eso es mucho.

Para colaborar con el refugio comunicarse al 3624-243367.