El FMI anticipa una ola de quiebras de bancos por la “devastación financiera”
La directora del FMI, Kristalina Georgieva dio un alarmante pronóstico del sobre el futuro de sistema bancario tras la pandemia y habló de las necesidades de medidas fiscales para construir un puente sobre el parón» de la actividad económica. Pidió ayudar a los trabajadores y empresas pymes.
Georgieva encabezó este jueves un panel en la Organización de las Naciones Unidas que debatió sobre la “devastación financiera” que genera la Covid-19 en la economía global. Allí estimó un efecto desestabilizador que puede dañar de forma irreversible a entidades financieras en todo el mundo.
En una drástica proyección para el futuro del mundo financiero, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió sobre una posible ola de bancarrotas en bancos “débiles” debido a la crisis por la pandemia del coronavirus. En el contexto de una crisis que azota al planeta, pidió acciones concretas por parte de los bancos centrales del mundo.
“Las condiciones financieras siguen dependiendo de desarrollos económicos y sanitarios inciertos y los países se enfrentan ahora a la perspectiva de un aumento de bancarrotas que podría afectar a los bancos, particularmente a los bancos con búferes débiles”, sentenció. Por esta razón, soslayó la necesidad de “medidas fiscales para seguir construyendo un puente sobre el parate”.
Asimismo, remarcó que la contracción de la economía global será más grave del 3% estimado inicialmente por el FMI, aunque reconoció que espera una “recuperación parcial en 2021”.
En ese sentido, encomendó las acciones de los grandes bancos centrales, que recortaron las tasas de interés y compraron activos por valor de unos U$S 4 billones para “reducir masivamente la presión en los mercados financieros”, pero afirmó que el mundo aún “no está fuera de peligro”.
Por último, insistió en que los mercados emergentes y en desarrollo perdieron unos U$S 100.000 millones debido a la “búsqueda de seguridad”, tres veces más que durante la crisis financiera global de 2008, pero que gracias al incremento de liquidez de los bancos centrales hubo una “reversión de la tendencia”.