El ejército sirio sigue consolidándose en el este de Alepo, donde los yihadistas resisten
Los rebeldes armados en Siria, especialmente de Fateh al Sham (la ex filial siria de Al Qaeda), se atrincheraron pese a los ataques aéreos con armas automáticas sobre sus posiciones, y ofrecen a fuerte resistencia.
Según informó desde su sede en Londres la ONG opositora Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los efectivos leales al gobierno legítimo de Siria recuperaron el dominio de partes del cementerio islámico y del distrito de Al Sheij Nayar.
El ejército sirio también se consolida en la zona de viviendas precarias de Masaken Hanano, en la mitad oriental, pero los combates arrecian este lunes en el distrito de Al Sheij Said, en el sur de la población, y en Baidín, en el norte, informó la agencia de noticias EFE.
Mientras, aviones de guerra no identificados abrieron fuego con armas automáticas contra el área de Al Firdús, en el este de Alepo, y la artillería siria disparó contra Al Salhín, detalló el OSDH, a partir de informes que recibe desde el terreno.
Los ataques contra el sector oriental de Alepo, donde están concentradas las últimas fuerzas de los yihadistas que intentan derrocar al gobierno de Siria, se reanudaron el 15 de noviembre tras más de tres semanas de interrupción.
Cinco facciones sirias, entre las que figuran algunas de las más importantes de la ciudad de Alepo, han aceptado una iniciativa humanitaria de la ONU, que incluye un alto el fuego, el fin de los bombardeos, la salida de los combatientes del Frente de la Conquista de Levante de Alepo y la entrega de ayuda humanitaria.
Asimismo, contempla el establecimiento de una administración local en el este durante un periodo interino.
El gobierno de Siria rechazó el domingo la propuesta, mientras la región occidental, leal a Damasco, era atacada y al menos siete niños murieron en una escuela y otras zonas de los barrios occidentales de Al Forgan y Al Mokambo.
En total, desde que comenzó la guerra hace más de cinco años y medio, más de 300.000 personas murieron y más de la mitad de la población se vio obligada a abandonar su hogar y refugiarse dentro y fuera del país.