Dos décadas del Cosquín Rock, un festival de exportación
Junto al nuevo milenio nació un festival que comenzó en la Argentina y llegó a tener una edición mexicana, la cual se celebró por primera vez en la ciudad de Guadalajara, en el 2017. Tal como aplica para casi todo lo demás, para el rock dejaron de existir las fronteras y en este mundo definido por lo global el género de los guitarrazos sigue dando muestras de vida, estamos hablando del Cosquín Rock.
Lo cierto que el mundo ya no es el mismo que cuando se llevó a cabo la primera edición del festival en el ya lejano 2001. Los hábitos de consumo de las personas son diferentes, los números no mienten, uno de cada tres argentinos ya compra directamente desde su celular, y esto impacta otros mercados. El entretenimiento se consume de manera diferente, esto aplica igual para la música, que para el gaming o el iGaming al estilo Las Vegas, e igual aplica para películas.
Esto es beneficioso para las bandas, dado que pueden llegar a más gente a través de medios digitales, lo cual a su vez incide la convocatoria de los festivales. Ya no se trata de vender discos, el negocio está en las presentaciones en vivo. Pero antes de que esta fuera la realidad, la primera edición del Cosquín Rock se llevó a cabo en la Plaza Próspero Molina y el internet estaba lejos de ser masificado como lo está hoy en día, pero eso no impidió que fuera un éxito rotundo.
Y cómo no serlo, los principales artistas invitados para ese naciente festival fueron Los Piojos, Divididos, Los Pelotas, y Bersuit Vergarabat; todos grupos legendarios del rock argentino. Para el año siguiente regresaron Los Piojos y Divididos, y se sumaron Charly García, Attaque 77, Catupecu Machu, y Las Vacas Sagradas. Esto significó la consolidación del festival dentro del gusto de los fanáticos del rock de Argentina.
Un festival para todos los argentinos
Contrario a lo que se pudiera pensar para quienes lo ven desde afuera, el Cosquín Rock es un festival de talla nacional, esto a pesar de no llevarse a cabo en Buenos Aires, que es en donde se concentran la vida cultural de la Argentina. Una de las anécdotas más interesantes del evento es aquella en la que para la primera edición se pusieron a la venta quinientas entradas previo al concierto.
Los organizadores enviaron a un joven a instalarse en un pupitre en la calle principal del pueblo, pensando en que vendería pocos boletos. La sorpresa fue mayúscula, llegaron mochileros de todo el país, se formó una fila de seis cuadras, y la venta se salió de control. Se tuve que llamar a la seguridad del evento para poner orden y al final el medio millar de boletos resultó insuficiente para satisfacer la inesperada demanda.
Otra muestra de lo relevante y concurrido que es el festival es el tema de los baños. Sí, los baños. Y es que en aquella primera edición del 2001 apenas había quince aproximadamente. En el 2020 se contabilizaron cerca de trescientos baños para el público en general. La anécdota parece trivial, pero es reflejó de cómo en veinte años un evento que era más una aventura que un proyecto de impacto nacional ha evolucionado y convertirse en lo que es hoy.
Para los organizadores del evento, el Cosquín Rock es el festival más grande de América Latina, y es difícil argumentar lo contrario. José Palazzo, creador y productor del evento lo ve a la misma altura que los festivales de Glastonbury y Roskilde. Algo sabrá él de festivales para decirlo con esa convicción. Para la edición del 2020 el Cosquín Rock empleó a tres mil personas, las cuales estuvieron laburando por casi una semana. Fueron más de ciento cincuenta las bandas programadas.
Sin bien existen aspectos que se pueden mejorar dentro de la logística del festival, son varios los puntos a favor los que destacan de esta pasada edición del 2020, entre los cuales destacan: la claridad de las señales, la buena organización del evento, la exactitud en cuanto a los horarios de los artistas, la elevada calidad de esos mismos artistas, y la implementación el escenario electrónico.
Ahora con la nueva realidad que se vive, el Cosquín Rock amenaza con regresar también en una versión virtual e interactiva, lo cual confirma que este festival seguirá vigente por bastante tiempo más.