Día de lucha contra el abuso sexual de niñas, niños y adolescentes: repaso de la Fundación “Al Fin Justicia”
La Ley Nacional 26.316 que instituye el día 19 de noviembre de cada año como «Día Nacional para la prevención del Abuso contra los Niños, Niñas y Adolescentes» fue sancionada en noviembre de 2007 y a nivel provincial, se aprobó la adhesión mediante la Ley 1729-E.
Desde la Fundación “Al Fin Justicia” consideramos que este día es una herramienta más que nos permite continuar visibilizando esta problemática social, profundizar su prevención como así también dar cuenta sobre los avances, como sobre lo que es urgente modificar en torno a las intervenciones y abordajes, en particular en el ámbito de la justicia, ante las denuncias de abuso sexual de adultos y adultas que fueron víctimas en su infancia. En ese sentido, queremos destacar en el caso de adultos/as sobrevivientes, la aplicación de la Ley 27.206 conocida como de “Respeto a los Tiempos de las Víctimas” en nuestra provincia.
Cabe recordar, que la Sala Criminal y Correccional del Superior Tribunal de Justicia del Chaco determinó en el fallo Nº 88/19 que corresponde la aplicación retroactiva de la Ley 27.206 para juzgar hechos ocurridos previos a su promulgación.
También, debemos mencionar la historia de Belén y Rosalía –sobrevivientes de abuso sexual en la infancia–, quienes pudieron denunciar luego de más de treinta años de acaecidos los hechos, tras la reforma penal establecida en dicha norma.
Este caso, que movilizó a la comunidad chaqueña bajo la consiga “Justicia por Belén y Rosalía”, estuvo caracterizado por la lucha de organizaciones de mujeres, feministas y disidencias sexuales, dando cuenta que esta Ley surge y se logra aplicar en un contexto en el que las movilizaciones feministas son protagonistas en el reclamo de demandas jurídicas. El caso sería considerado el más antiguo de la Argentina, los abusos sucedieron entre 1979 y 1986 aproximadamente y, más de treinta años después, Belén y Rosalía pudieron decir “Al fin, Justicia”.
Esta reforma incorporó el tiempo de las víctimas y modificó la manera de abordar jurídicamente los delitos sexuales en las infancias, al reconocer los obstáculos que deben atravesar para poder hablar, realizar la denuncia, e incluso sostener todo un proceso en el ámbito judicial. La respuesta jurídica androcéntrica ante las víctimas adultas siempre fue: “Llegaste tarde” o “¿por qué hablas ahora?”.
La Ley 27.206 incorpora el enfoque de las víctimas al entender que se trata de niñas, niños y adolescentes que dependían de un mundo de adultos y que, además, las mismas hablan cuando pueden, siguiendo sus propios tiempos incuestionables.
El caso de Belén y Rosalía no es el único, otras sobrevivientes adultas también han podido acceder a la Justicia y se encuentran programados varios juicios con características similares.
Sin embargo, este 19 de noviembre también debe convocarnos para seguir luchando para erradicar este delito y denunciar el acoso ilegal en la niñez, cuando adultas y adultos protectores denuncian abuso sexual y como respuesta, se pone en marcha todo un mecanismo y estrategias para la negación del delito. Son reacciones violentas en contra de los avances en la protección integral de la niñez.
Como ya no alcanza con decir que “los niños mienten”, los ataques se dirigen hacia las madres, adultos protectores y profesionales (mayoría psicólogas/os) que los acompañan, recurriendo para ello a la utilización del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) y a la estrategia del backlash, entre otros mecanismos dilatorios en el litigio donde el poder económico de los denunciados, la asimetría jerárquica entre las partes y el lobby de estudios jurídicos “especializados” –además de ser un gran negocio– consagran la impunidad de estos delitos.
Casos paradigmáticos de este acoso son el de la niña “Cielo”, como de “Arcoris” en La Rioja, “Martín” de Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “Solcito” en Santa Fe y tantos otros niños y niñas de nuestro país.
Se impone un enfoque adultocéntrico y familiarista, donde se defiende los derechos parentales a ultranza estableciendo “revinculaciones forzadas”, minimizando factores de riesgo de niñas, niños y adolescentes, e incluso se llega a considerar como víctimas más vulnerables que niñas, niños y adolescentes a quienes les han ocasionado un daño gravísimo al someterlos a violencias y abusos provocándoles secuelas que los/las atravesaran toda la vida.
Lamentablemente tenemos que decir que es recurrente este tipo de accionar cuando adultas o adultos protectores denuncian en la Justicia incesto, abuso sexual o maltrato en el ámbito intrafamiliar.
Es por todo, esto que seguiremos luchando por infancias libres de violencias y la aplicación de la ley 27.206.