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Demasiado color en una noche que no debió existir y que fue pura magia

El espectáculo musical que presenta Ricardo Arjona cada vez que llega a Corrientes suele deslumbrar por su calidad y espectacularidad. Aquejado por una dolencia en la espalda que lo llevó a postergar su gira inicial, el guatemalteco hizo gala de su interacción con el público, volvió a enamorar a su fanaticada y se llevó miles de aplausos de la multitud que colmó el embarrado estadio Boca Unidos, sobre la ruta nacional 12 en la vecina Corrientes.

Con atraso de más de media hora, producto de la cantidad de gente que intentaba llegar a sus lugares adquiridos, la etapa correntina de la imponente gira “Blanco y Negro Tour” arrancó pasadas las 21,40. Fueron más de dos horas a puro shows, sin descanso, donde Arjona repasó uno a uno sus grandes éxitos, dejó más de una reflexión, calificó al ocaso del domingo 3 de diciembre como una noche que no debió existir y enardeció a una legión de fanáticas y fanáticos.

En su primer mensaje, el autor de Señora de las Cuatro Décadas e Invisible agradeció la presencia de la multitud y comentó que luego de seis infiltraciones de columna podía estar parado sobre el escenario, “fajado” y producto de “secretos médicos”. “Hay cosas que no tengo pero tengo voz, amigos, guitarra y los tengo a ustedes: esta noche tal vez me vean menos suelto, pero estoy feliz de volver”, se sinceró Arjona, visiblemente acotado en sus movimientos.

Luego, se hizo tiempo para referirse a la pandemia que afectó años a atrás a la humanidad y algunas de sus consecuencias. Así, dijo que este impacto mundial “nos puso creativos” y entre tantas cosas “aparecieron los influencers”. “Mis únicos influencers fueron mi papá y mi mamá. Le consulte a un amigo influencer y me dijo que ´multiplica mi personalidad´. ´Pero qué pasa si sos un boludo´, le pregunté. No me respondió”, contó ante la risa cómplice de la multitud.

Así, aseguró que previo al domingo, “pasó de todo para que esta noche no existiera”. “Pero acá estamos. Hasta la lluvia quitamos. Y con una faja que no me deja mover mucho, pero acá estamos con voz. Amigos, guitarra y ustedes”, insistió el cantautor de 59 años que ahora se presentará en Neuquén y una vez concretadas todas sus fechas en la Argentina se trasladará a Chile, en donde tiene pautado un recital el 9 de diciembre.

En blanco y negro

 

A lo largo de su extensa trayectoria, el cantautor guatemalteco, verdadero hombre récord en el país, ha llenado 34 veces el Luna Park, 8 el estadio GEBA, 6 la Bombonera y con los conciertos de esta gira sumará 7 estadios de Vélez Sarsfield, además de las 5 veces del DirecTV Arena, de las 5 del Orfeo Superdomo de Córdoba y de las veces que estuvo en Corrientes.

Durante sus más de dos horas, Arjona realizó diversas introducciones en sus temas icónicos. Así, destacó “la inmensa importancia que juega la mentira en la armonía familiar”. Secundado por una imponente banda internacional compuesta por ocho instrumentistas (dos cubanos saxofonista y trompetista; una guitarrista colombiana; un baterista mejicano; un violista estadounidense; un bajista boricua; un guitarrista y un pianista) y dos coristas (ambas venezolanas), que se dispusieron sobre el escenario, el artista cantó por delante de un telón virtual por el que se sucedieron vívidas imágenes en blanco y negro. Es más, tanto la indumentaria propia como la de todos los integrantes de su banda no salía de esos dos valores.

A lo largo de la noche, el cantautor deslumbró a su público con el recuerdo de sus clásicos y con las canciones de Blanco y Negro que, por más nuevas que fueran, no podrían haber sido escritas más que por él. El show se paseó por una variedad de temáticas dedicadas, sobre todo, a las mujeres. Para dejarlo asentado no dudó en halagar a las protagonistas de la noche: “Cada vez que vengo, las mujeres correntinas están más lindas”, dijo y desató una catarata de ovaciones.

“El hombre es posiblemente el último escalón social, incluso por debajo de las mascotas”, sentenció Arjona en el inicio de otra reflexión que a lo largo del tiempo se convirtió en una especie de regla que aprovecha en cada uno de sus shows. “Lo que sentimos la mayoría de los hombres hoy no lo compartimos porque nos da muchísima pena y a veces un poquito de vergüenza. Hoy con los cuidados que hay que tener… a nosotros nos da un poquito más de miedo que de ganas acercarnos a ustedes”, expresó, a modo de introducción. Y reflexionó: “Vamos casi con ganas de firmar un acuerdo. Ustedes pueden decir muchas cosas de los hombres, no se preocupen no van a tener ningún problema. El otro día una mujer dijo en televisión “hombres cavernícolas, descerebrados” y no pasó nada, si alguien sale en televisión diciendo eso de un perrito, puede ir preso, pero de un hombre usted diga lo que se le da la gana que no va a tener problema de nada”, dijo tajante el intérprete de “El flechazo y la secuela”.

Justo antes de comenzar a entonar “Desnuda”, agregó: “Yo como autor quiero tener la misma licencia para decir ciertas cosas como las decía un tiempo atrás y de volver a gritar a los cuatro vientos cosas como esta canción”. Algo similar había pronunciado el año pasado en su visita a Buenos Aires, en donde dedicó unas palabras “en defensa de los hombres” y criticó el uso del lenguaje inclusivo y la diversidad de género.

En casi dos horas y media de show y con el público vibrando, el intérprete sacó de la manga un par de ases que dejaron a las miles de almas que colmaron el estadio correntino delirando: “Señora de las cuatro décadas”, “Minutos”, “Fuiste tú” y “Mujeres”, algunos de sus más grandes éxitos

Luego de las presentaciones formales de su producción doble y en días en los que se dejaban atrás las cuarentenas por el Covid-19 comenzó la actual gira, que ya cuenta con más de 160 conciertos y logró constantes sold out que lo llevaron a visitar 110 ciudades de América Latina, Europa y los Estados Unidos, donde deslumbró a la audiencia en el Madison Square Garden, de Nueva York. Con un doble “gracias hermanos”, el guatemalteco -con fuerte  impronta argenta- se despidió una vez más del norte argentino. Sin promesas de regreso; pero con reflexiones, un espectáculo que hizo delirar a la fanaticada sin deslumbrar y el crédito abierto para un pronto regreso.

Texto: Guillermo Koster

Fotos: Anyelén Magua Suárez

Foto oficial

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