Cumbre del Clima en Madrid discutirá cómo lograr cero emisiones en 2050
Las emisiones siguen aumentando a escala global, los compromisos nacionales son insuficientes y avanzamos hacia un aumento de las temperaturas de 3,2 grados si persiste la tendencia actual, con más sequías, más incendios, más inundaciones y más episodios de clima extremo.
“Fallamos colectivamente a la hora de actuar y ahora nos vemos obligados a un corte profundo en las emisiones, del orden del 7% anual, si queremos estabilizar la situación en la próxima década”, advirtió Inger Andersen, directora del Programa Ambiental de la ONU (UNEP). “Los países no pueden esperar hasta 2020. Deben empezar ahora para recuperar todo el tiempo perdido. Si no, el objetivo de un aumento de las temperaturas de 1,5 grados en 2030 puede quedar fuera de nuestro alcance”.
La COP25 tratará de espolear a los gobiernos para que pisen el acelerador en su contribución nacional (NDC) para un planeta de cero emisiones en el 2050. Todo en un trasfondo político y social distinto al de la conferencia que allanó el camino al Acuerdo de París. La ola del activismo climático librará una pulseada con los gobiernos, tanto negacionistas como abúlicos en las calles de Madrid, en 13 días que harán historia.
Contexto sociopolítico
Algo cambió profundamente el último año: el activismo del clima dio la vuelta al mundo con movimientos como Fridays for Future impulsado por Greta Thunberg, o Extinction Rebellion, surgido en Reino Unido. Ellos elevaron la presión social sobre la dirigencia política, a pesar de la ola negacionista encabezada por Donald Trump y Jair Bolsonaro, que intentan forzar una marcha atrás a los acuerdos de París. En aquel momento la bestia negra era Arabia Saudita; en Madrid ese lugar lo ocuparán Brasil (con la Amazonia como punto caliente) y EEUU (con el contrapunto de California y las grandes ciudades opositoras a Trump).
De Santiago a Madrid
La rebelión social y la brutal represión policial forzaron la retirada de la COP25 de Chile y el ofrecimiento del Gobierno español para acogerla en Madrid. El país suramericano mantiene, sin embargo, la presidencia, y es coanfitrión, junto con España.
Entre las actividades previas al inicio de la COP25, se realizó este domingo la Conferencia de la Juventud 2019, a la que asistió como expositora la ministra de Ambiente del gobierno de Chile, Carolina Schmidt. Gran parte de los jóvenes asistentes al evento se pusieron de pie durante su discurso y se taparon un ojo con la mano, en alusión los disparos de proyectiles de goma que los carabineros realizan a la cara de los manifestantes.
Esta terrible práctica, que ya deja más de 200 vícitimas que han perdido total o parcialmente la visión de uno o de ambos ojos, es solo una de las reiteradas violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno de Chile, que terminaron alejando la realización de la COP25 de ese país.
Carolina Schmidt, ministra de Ambiente de Chile, fue «escrachada» por muchos de los asistentes a su charla de este domingo en Madrid, quienes repudiaron la brutal represión del gobierno chileno contra las manifestaciones sociales
El giro azul
Los océanos, que absorben hasta el 80% del CO2 emitido a la atmósfera, han sido hasta ahora los grandes marginados en el debate del clima. El reciente informe del IPCC -alertando sobre la acidificación de las aguas, la desaparición del hielo, la erosión de las costas y el posible aumento del nivel del mar de 30 a 60 centímetros en el siglo XXI- ha recordado la urgencia del tema.
La adhesión a los planes de neutralidad de carbono para el 2050 será una de las prioridades de la COP25. La Alianza para la Ambición Climática fijó el objetivo de cero emisiones netas de carbono a mediados de siglo y cuenta ya con 67 países adheridos, un largo centenar de ciudades y 87 grandes compañías.
Los anfitriones esperan duplicar el número de adhesiones durante la cumbre de Madrid, pero la tarea no será fácil. En la UE, sin ir más lejos, ha surgido ya un grupo de resistencia al objetivo, liderado por Polonia, Hungría y la República Checa. El informe Brown to Green marca por otra parte el camino de transición hacia una economía descarbonizada en los países del G20, responsables, del 78% de las emisiones.
1,5 grados
En la cumbre de París de 2015, 195 países se comprometieron a tomar acciones concretas para “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2ºC respecto de los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de temperatura a 1,5 grados”. En la cumbre de Madrid, el foco estará centrado en ese objetivo, a la luz de la nueva evidencia científica y ante la presión de los países más afectados por el cambio climático, para los que la diferencia de medio grado equivale a la supervivencia.
EEUU, Arabia Saudita, Kuwait e Irán ya han puesto sin embargo objeciones para que el informe de los 1,5ºC del IPCC pueda ser debatido en las negociaciones políticas. Según proyecciones de la ONU, de proseguir la tendencia actual, el planeta se calentaría 1,5ºC entre 2030 y 2052.
El carbón
El 2019 será el año que registre la mayor caída en la generación de energía con carbón de la historia, según la web británica Carbon Brief. El Reino Unido celebró este año el hito de la primera semana sin carbón desde la Revolución Industrial. El cierre de las minas de carbón en España también se considera un sustancial avance. En Europa del Este persiste sin embargo fuerte dependencia del carbón, cuyo uso subió también en Alemania tras la decisión del cierre de centrales nucleares.
Por su parte, China ganó en los dos últimos años 43 gigavatios de capacidad en nuevas centrales eléctricas de carbón. Pese al liderazgo mundial en casi todas las renovables, el gigante asiático sigue apostando al mismo tiempo por la energía más sucia para abastecer la gran demanda de su población, dilema al que también se enfrenta India y que este año se manifestó con especial crudeza en la altísima contaminación registrada en las megalópolis asiáticas.
El petróleo
La producción de petróleo, gas y carbón estimada de aquí a 2030 es el doble de que lo que se puede quemar si se quiere limitar el ascenso global de temperaturas a 1,5ºC. Es la advertencia lanzada por el UNEP en su reciente informe, que establece un vínculo muy directo entre la producción y las emisiones, y pone el dedo en la llaga sobre la necesidad de “desinvertir” en combustibles fósiles.
Lo que empezó como una reivindicación ecologista, capitaneada en la cumbre de París por Bill McKibben, fundador de 350.org, se convirtió ya en un imperativo económico. “Las renovables son más competitivas y no tiene sentido invertir en petróleo o en carbón en este otro modelo que estamos creando”, advierte Nicholas Stern, autor del informe sobre economía y cambio climático.
Mitigación y compensación
El Artículo 6 del Acuerdo de París faculta a los estados a usar mecanismos de mercado para compensar sus emisiones. El papel de los mercados de carbono, y hasta qué punto son una contribución positiva a los esfuerzos globales, será uno de los temas calientes en la COP25.
Los costos cada vez mayores de las pérdidas y daños causados por los episodios de clima extremo estarán también muy presentes. Los países más vulnerables reclaman que el organismo específico de la ONU -conocido como Mecanismo Internacional de Varsovia- tenga acceso directo a apoyo financiero para poder lograr compensaciones económicas directas.
Aceleración
El primer paso para llegar a la meta cero emisiones en 2050 es reducirlas a la mitad en 2030. El grupo Exponential Roadmap, integrado por decenas de científicos, analistas y economistas, marca el camino con una hoja de ruta sobre cambios apremiantes y necesarios en la próxima década.
Los vehículos eléctricos deberían constituir 90% de la flota en esa fecha. Las ciudades deberían experimentar una profunda trasformación para mejorar la movilidad y la calidad del aire. El consumo de carne debería reducirse ostensiblemente en nuestras dietas. El freno a la deforestación y la revisión a fondo de los subsidios agrícolas es otra tarea apremiante.
“Nos enfrentamos a una transformación a gran escala que está ya en marcha, pero hay que ganar velocidad y hacer la transición de una década”, asegura Johan Rockström, director del Instituto Postdam para la Investigación del Impacto del Cambio Climático.
Glasgow 2020
Madrid allanará el camino a la COP26 de Glasgow en 2020, momento inaplazable de rendir cuentas. El Gobierno británico esbozará sus planes en la COP26, pese a que la eterna distracción del Brexit y la campaña para las elecciones de este mes impedirán el impulso necesario.
El premier Boris Johnson acaba de reiterar su compromiso para fijar la meta de cero emisiones en 2050 y no seguir el resbaladizo camino de Donald Trump. Johnson acaba de ordenar la suspensión temporal del fracking para extracción del gas de esquisto, algo a lo que no se atrevió en su día Obama. Reino Unido es líder mundial en eólica marina y se propone eliminar el carbón de la torta energética antes de una década. El lema de Glasgow iba a ser “La COP de la ambición”, pero Madrid toma antes el mensaje porque el tiempo corre.