Crisis en La Libertad Avanza: crece la presión para echar a Arrieta, que quedó en la cuerda floja
Las ondas expansivas de la crisis a cielo abierto en el bloque de diputados de La Libertad Avanza están llegando cada vez más lejos. El terremoto que generó el escándalo de la visita a represores en Ezeiza abrió una grieta entre quienes reclaman la inmediata expulsión de Lourdes Arrieta y Rocío Bonacci, y los que son proclives a la «contención» de las diputadas porque al espacio libertario “no le sobra nada” en un Congreso dominado por la oposición.
Se trata de dos posturas irreconciliables, separadas por un abismo insalvable. La última palabra la tienen el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el titular del bloque libertario, Gabriel Bornoroni.
Según pudo saber Noticias Argentinas de altas fuentes del bloque, se “estaba evaluando” la expulsión (o permanencia) de Arrieta en medio de esta crisis sin precedentes, con ribetes telenovelescos.
La última información es que Arrieta está con un pie afuera y podría haber un efecto en cadena que podría llevarse puestas a Bonacci y a Marcela Pagano. Esta última también está en conflicto con el ala más dura del bloque.
La denuncia penal que presentó Arrieta contra el grupo de diputados que visitó el penal de Ezeiza, pidiendo a la Justicia que ponga la lupa -inclusive a ella misma por haber participado- en el reprochable episodio, puso los pelos de punta en el bloque, incluso entre quienes no estuvieron de acuerdo con la visita a Alfredo Astiz y otros genocidas.
En La Libertad Avanza están deseosos de pasar de página y hacer tabula rasa respecto a ese escándalo, que tiene un costo político innegable.
Los descargos con cola de paja de Arrieta y de Bonacci, que se definieron públicamente “engañadas” por Beltrán Benedit, un profeso apologista de la dictadura militar, no ayudan en ese sentido.
“Por poco no dijeron que se quedaron dormidas en el viaje y las despertó Astiz para sacarse una selfie”, se burló socarronamente una alta fuente libertaria.
Pero lo que puso el dedo en la llaga y terminó de implosionar al bloque fue el señalamiento a la vista de todos que hizo Arrieta de la supuesta responsabilidad del propio Menem, por haber autorizado -según su versión- el traslado en vehículo de la comitiva libertaria hacia el pabellón de los represores.
El clímax de la discordia se suscitó en el cónclave que se desarrolló en el Salón Blanco de la Cámara baja el miércoles pasado al finalizar la sesión que terminó con una rutilante derrota para el oficialismo a manos de la oposición, que logró rechazar el decreto sobre los gastos reservados de la SIDE.
Ese encuentro había sido convocado para hacer un balance sobre el resultado en el recinto, pero súbitamente hubo un “plot twist”, un giro en la trama, y Arrieta se convirtió en blanco de los cuestionamientos por haberse intentado despegar y al mismo tiempo tirar tierra a algunos de sus compañeros en los medios y en la Justicia.
Benedit y Mayoraz fueron quienes encendieron la mecha con sus invectivas contra Arrieta, quien en ese momento perdió los estribos y en estado de emoción violenta empezó a vituperar contra varios de sus colegas.
«No tuvieron los huevos para defenderme cuando me tenían que defender», recriminó, y siguió despotricando pese a los intentos de Bornoroni de calmarla.
«¡Martín Menem, mirame, yo pedí explicaciones! ¡Me hicieron una cama! ¿Quién? ¡Vos, vos Martín! ¡Me amenazaron y estoy con custodia!”, siguió, fuera de sí, y en medio de un llanto incontrolable.
La situación se tornó todavía más tensa cuando en medio del alboroto entró en escena José Bonacci, el padre de Rocío Bonacci, en estado enardecido, quien increpó cara a cara a algunos diputados, y tuvo que ser sacado de la sala por la seguridad.
La situación de Marcela Pagano
Según pudo confirmar NA, Pagano estrechó su relación con Arrieta y con Rocío Bonacci en medio de la polémica por la visita a Ezeiza.
Las tres encontraron en Oscar Zago, quien fuera meses atrás desplazado como jefe de bloque libertario, a un aliado y por eso es común verlos juntos en el recinto y otros ámbitos de la Cámara de Diputados.
“Estuvo muy contenedor”, subrayaron sobre el actual presidente del bloque del MID, de tres integrantes.
La periodista devenida diputada quedó en una posición conflictiva dentro del bloque después de la controversia que la enfrentó a Menem por la conducción de la comisión de Juicio Político.
Los problemas ya venían desde tiempo antes, cuando Pagano pidió -y no le concedieron- la vicepresidencia del bloque, desde donde pretendía ejercer una suerte de vocería.
De todos modos, en los últimos meses se corrió del centro de la polémica, que ahora protagonizan Arrieta y Bonacci.
Más allá de esto, si Arrieta fuera expulsada, Bonacci tendría las horas contadas, y Pagano quedaría bastante comprometida.
“Solamente se lleva mal con Lilia Lemoine”, resaltan cerca de la diputada, restándole crédito a la versiones.
Pedidos de expulsión
“Mientras sigan Arrieta, Bonacci y Pagano vamos a tener filtraciones y quilombos, algunos coordinados por el kirchnerismo. A las tres hay que sacarlas”, señalaron a NA fuentes del bloque libertario.
Según señalaron, están buscando “implosionar al bloque desde adentro” y lo del miércoles en la reunión fue “algo preparado”. “Vinieron a romper”, agregaron.
También cuestionaron a Arrieta por hacer un “raid mediático para posicionarse» en base a “hacerle daño” al bloque.
Sobre Rocío Bonacci, también fueron lapidarios al señalar que su banca en Diputados fue una concesión a José Bonacci por haber “prestado el sello” de su partido Unite para conformar las listas de La Libertad Avanza.
Operativo contención
Si bien hay plena consciencia de que la crisis en el bloque alcanzó límites insospechados, hay un sector que quiere evitar la salida de Arrieta y de Bonacci porque al espacio libertario “no le sobra nada”.
“Hay una buena cantidad de gente en el bloque que no quiere expulsar a nadie. Hay que sumar y no restar”, resaltaron.
Sobre quienes le están mostrando la puerta de salida a las diputadas, con declaraciones desmesuradas como la de Lorena Villaverde o Lemoine, consideraron que “hay gente que no sabe cómo manejar una crisis y tiene estas expresiones que no suman”.