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Crimen de Fernando: «Fue golpear hasta que no se levantara más», declaró un kiosquero

En la jornada de hoy declararon efectivos policiales que intervinieron frente al boliche «Le Brique», testigos del hecho, una joven turista que asistió a la víctima y dos comerciantes que estaban a pocos metros de la escena del crimen en la madrugada del 18 de enero de 2020.

Un joven que la noche del crimen de Fernando Báez Sosa atendía el kiosco en el que compró un helado tras ser expulsado del boliche «Le Brique», aseguró hoy al declarar en el juicio por el hecho que el ataque «fue golpear hasta que no se levantara más» e identificó a Máximo Thomsen, uno de los imputados, como quien le dio «una patada en la cabeza».

Al declarar esta tarde ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 (TOC) de Dolores, el comerciante Sebastián Saldaño dijo que tras escuchar gritos en la calle salió a ver qué sucedía y observó «a Fernando recibiendo patadas y piñas en el piso».

Señaló que los agresores eran «más de tres» y que le dieron «un golpe en la cara y patadas en el cuerpo, y después vi la patada en la cabeza». Según precisó, este último golpe lo aplicó Thomsen (23), a quien aseguró que había reconocido en rueda al inicio de la investigación.

También ubicó en el lugar también a un rugbier «de colita, gritando», en presunta referencia a Matías Benicelli (23) y a «uno más pateándole el cuerpo», sin precisar de quién se trataba.

El kiosquero dijo que el hecho le produjo un gran «impacto, porque era la primera vez que veía tanta violencia hacia una persona», y que se quedó «paralizado». «Se aseguraron que de que no se levantara. Fue golpear hasta que no se levantara más. Nunca había visto a tantas personas golpear a una sola», aseguró ante los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.

En tanto, por la tarde declararon también Nicolás Javier Sessa y Valentín Rodríguez, dos amigos de la joven que practicó maniobras de reanimación cardiopulmonar a Báez Sosa tras el ataque, y quienes también fueron testigos de la agresión. Sessa aseguró que observó que «por lo menos dos personas» le «estaban pegando a alguien» y que la víctima «intentaba levantarse pero no podía más».

Mientras que Rodríguez relató que vio de pie a Fernando y que luego «rápidamente cayó al piso» tras ser golpeado por un grupo de al menos ocho personas. Por último dijo que «al menos dos, y máximo cuatro le pegaban a él», y calificó como «muy brutales» los golpes que sufrió.

 

Declaraciones de los policías

Cuatro efectivos del Operativo Sol en Villa Gesell en enero de 2020 confirmaron hoy, al declarar en el marco del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, que no había presencia policial frente a «Le Brique» al momento del ataque porque, en el mismo momento, todos ellos intervenían en un incidente que se registraba en otro sector lindero al boliche.

Tres de estos policías señalaron que, tras el ataque a Fernando, trataron de localizar a los agresores a partir de indicios brindados por testigos y amigos, e interceptaron a un grupo de tres o cuatro de los que luego resultarían imputados, pero que en un inicio los dejaron porque no coincidían con las características aportadas.

Los policías pertenecen al Cuerpo de Infantería Tandil y estaban afectados al Operativo Sol 2019/2020 en Gesell.

El oficial Carlos Contino señaló que habían intervenido a la vuelta del local bailable, sobre calle 102, con otro joven que habían expulsado también del boliche, y por eso dejaron su posición permanente en el lugar donde se produjo luego el ataque. Este testigo dijo que al regresar minutos más tarde, testigos les advirtieron que estaban «agarrando a patadas a un chico», y vieron a Fernando «en el piso».

Explicó que junto con Roberto Basualdo, que también declaró en esta jornada, fueron en búsqueda de «entre 7 y 8» jóvenes que según testigos «tenían sangre en su cara, en las manos», que habían escapado presuntamente para la zona de la entrada al bosque, y uno de los cuales tenía supuestamente «rastas» en el pelo.

«Vimos de casualidad a cuatro o cinco, procedimos a pararlos, los pusimos contra unas rejas», dijo Contino y precisó que «ninguno tenía rastas, ni pelo largo, ni camisa rota» como les habían dicho, por lo que los dejaron retirarse luego de tomarles los datos.

El oficial contó también que al regresar vio que Fernando era trasladado en ambulancia y que minutos más tarde entregó a Julieta Rossi, su novia, una camisa que era de él que le habían dado minutos antes.

Por su parte, Basualdo confirmó que la intercepción de los jóvenes fue frente al Supermercado Marina, como quedó registrado por cámaras de seguridad. Mientras que Leandro Barreca Maidana coincidió en cuanto a que las características de los jóvenes interceptados no coincidían con los indicios aportados por testigos sobre «quiénes fueron, cómo estaban vestidos y cuántos eran».

Y en la misma línea declaró en el cierre de la jornada el efectivo Fernando González, quien agregó que casi al mismo tiempo en que realizaban la búsqueda de los sospechosos debieron regresar al lugar del ataque para intervenir en «otro incidente ajeno al de Fernando», que ocurrió en la otra esquina del local.

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