Coronavirus en Brasil: podría haber 200 mil muertos
Científicos brasileños afirmaron que el país podría sumar hasta 200 mil muertes por la pandemia de coronavirus como consecuencia de la falta de distanciamiento social. Además, sostuvieron que el ritmo mortal de la Covid-19 podría extenderse hasta 2021. Así lo detalla un informe que se dio a conocer en San Pablo.
El país superó esta semana los 75 mil fallecimientos y se acerca a los dos millones de contagios, teniendo desde hace un mes un promedio de entre 1000 y 1080 muertes por día. Si bien en algunos lugares como la ciudad de San Pablo, la mayor urbe latinoamericana, se redujo la mortalidad a niveles de mayo, al menos diez estados presentaron aumentos en los decesos, en una situación fuera de coordinación desde el inicio de la pandemia, cuando el presidente Jair Bolsonaro, hoy enfermo de coronavirus, negaba el peligro de la enfermedad.
“No tengo dudas de que en menos de un mes tendremos 100 mil muertos y podría llegar tranquilamente a los 200 mil en el país”, dijo el matemático Eduardo Massad, profesor de la Escuela de Matemática Aplicada de la universidad Fundación Getúlio Vargas. Para Massad, el riesgo del retorno a las clases presenciales podría ser un “genocidio”, según una videoconferencia en la que participó, organizada por la estatal Fundación de Amparo a la Pesquisa del Estado de Sao Paulo (Fapesp), que divulgó el contenido del debate.
Igual de pesimista se expresó uno de los hombres clave del estado de San Pablo en la investigación científica, Dimas Covas, director del Instituto Butantan, que la semana que viene va a iniciar los ensayos de la vacuna del laboratorio chino Sinovac Biotech en 9 mil brasileños. “El estado de San Pablo sufre una caída de un Boeing de pasajeros todos los días”, graficó Covas respecto del promedio de 300 muertos diarios que experimenta el estado más rico y poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes.
Varias regiones de San Pablo reabrieron actividades en una cuarentena flexibilizada: a partir de julio hay shoppings abiertos; y bares y restaurantes por cinco horas al mediodía y a la tarde. “Si bien muchos tienen la falsa sensación de que estamos en un momento de inflexión de la curva epidémica la realidad es que el número de nuevos casos debe aumentar hasta octubre y la caída a partir de noviembre”, manifestó Covas, crítico con la reapertura. A su juicio, esto es porque no hubo un cierre total y porque la cuarentena es respetada por no más del 50 por ciento de la población.
Massad dijo que se habla de estabilidad de muertes pero en una “meseta elevada», y que «esta meseta es reconocer el fracaso de la política de contención”. Consideró que el número de muertes de menores de cinco años puede llegar a 17 mil si las escuelas fueran reabiertas en agosto, tras las vacaciones de invierno, que en Brasil duran todo el mes de julio.
“Tenemos unos 500 mil niños circulando con el virus en el país y si las escuelas abren, incluso con barbijo y distanciamiento, serían 17 mil nuevas infecciones apenas el primer día de clases, con 38 muertes, y ese número se duplicará en 10 días. Abrir ahora sería un genocidio”, dijo.
Mientras tanto, Paulo Inácio Prado, profesor de Ciencias Biológicas de la Universidad de San Pablo (USP) e integrante del Observatorio Covid-19, afirmó que la teoría de esperar a que se produzca la inmunidad colectiva (o de rebaño) es una “declaración de fracaso” de la ciencia delante de tantos muertos. “Es dejar a la naturaleza ocuparse de algo que la civilización históricamente cuidó. La ciencia de la epidemiología nació de la necesidad de encontrar mejores soluciones y tenemos condiciones de tener mejores soluciones”, apuntó.
Prado coincidió con Massad en que lo ideal ahora, sin posibilidades de aislamiento social, sería mantener en 50 por ciento el nivel de apoyo al confinamiento hogareño hasta la llegada de una vacuna. En este contexto, en Río de Janeiro, Bahía y San Pablo las autoridades han dicho que no habrá fiestas de Fin de Año ni Carnaval hasta no tener la vacuna.