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Con Bolsonaro como voz discordante, la región consideró que hubo un golpe contra Morales

Mandatarios y figuras de la región salieron de plano a pronunciarse sobre la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, con un respaldo casi unánime de parte de los dirigentes afines y cercanos, que denunciaron un golpe de Estado, y la voz discordante del brasileño Jair Bolsonaro, en todos los casos con la red Twitter como canal de expresión.

Para Bolsonaro, la renuncia de Morales se debió a «las denuncias de fraudes», por lo que queda la «lección» de que los comicios «deben ser auditados». «La lección que queda para nosotros es la necesidad de que, en nombre de la democracia y la transparencia, se haga un recuento de los votos» y que «puedan ser auditados», indicó.

Pero un rato después, según el diario O Globo, fue más allá e ironizó con que «la palabra golpe es usada cuando la izquierda pierde» y aseguró que él no entraría «en esa narrativa».

Del otro lado, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que el viernes recuperó su libertad, no dudó en calificar de «golpe de Estado» la salida de Morales del Ejecutivo.

«Acabo de saber que hubo un golpe de Estado en Bolivia» y que «el compañero» Morales «fue obligado a renunciar», escribió Lula, que lamentó que «América Latina tenga una élite económica que no sepa convivir con la democracia y con la inclusión social de los más pobres»

De modo similar se manifestó la jefa del Partido de los Trabajadores (PT) brasileño, Gleisi Hoffmann, que condenó el «golpe» y advirtió que «la derecha no combina con la democracia».

Desde México, el secretario de RREE, Marcelo Ebrard, rechazó la «operación militar en curso», a la que juzgó «similar a aquellos trágicos hechos que ensagrentaron nuestra América Latina el siglo pasado», y fue tajante en afirmar que su país «mantendrá su posición de respeto a la democracia y las instituciones». «Golpe no», añadió.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, expresó a su turno su «enérgica» condena al «golpe de estado» en Bolivia y expresó su solidaridad con Morales. «La derecha con violento y cobarde golpe de Estado atenta contra la democracia en #Bolivia», publicó el presidente isleño en Twitter.

A su «condena al golpe de Estado y solidaridad con el hermano presidente», Díaz-Canel sumó que «el mundo se debe movilizar por la vida y la libertad de Evo».

También el presidente y la vice electos en Argentina, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, salieron a respaldar a Morales y a advertir sobre el significado para la región de su salida del Palacio Quemado.

«Nosotros, defensores de la institucionalidad democrática, repudiamos la violencia desatada que impidió a @evoespueblo concluir su mandato presidencial y alteró el curso del proceso electoral. El quiebre institucional en Bolivia es inaceptable. El pueblo boliviano debe escoger cuanto antes, en elecciones libres e informadas, a su próximo gobierno», escribió Alberto Fernández.

Cristina Fernández, por su parte, juzgó que «lo de Bolivia se llama golpe de Estado» y evaluó que «si queremos vivir en paz, es hora de que haya pronunciamientos y, sobre todo, acciones claras en defensa de la democracia, independientemente de cuál sea la orientación política de los gobiernos que surgen de la voluntad popular».

El flamante Grupo de Puebla, que se reunió este fin de semana en Buenos Aires, emitió un pronunciamiento en el que denunció que «una vez más, la constitución y el Estado de derecho de Bolivia fueron violados interrumpiendo un mandato constitucional», y culpó a la oposición por «llevar a cabo un golpe de Estado y forzar la renuncia del presidente Evo Morales y su vicepresidente Álvaro García-Linera, legal y democráticamente elegidos».

El texto lleva las firmas de los brasileños Celso Amorim y Aloizio Mercadante; los chilenos Camilo Lagos, Karol Cariola y Marco Enríquez-Ominami, la paraguaya Esperanza Martínez, la ecuatoriana Gabriela Rivadeneira y la colombiana Clara López, entre otros.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, condenó el «golpe de Estado» del que, según él, fue víctima Morales, y llamó a movilizarse para defender a los indígenas de ese país.

«Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente. Los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaramos en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo», remarcó Maduro.

Perú instó a que el proceso de «transición» tras la dimisión de Morales sea conforme a la Constitución y las leyes bolivianas, sin pronunciarse sobre la salida del mandatario del cargo.

«El gobierno del Perú hace votos para que el proceso de transición en ese hermano país se desarrolle en el marco de la Constitución y leyes bolivianas y envía sus mejores deseos para el pronto restablecimiento de la convivencia pacífica», señaló Lima en un comunicado.

Fuente: Télam

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