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Central y Newell’s igualaron 1 a 1 en una nueva edición del clásico rosarino

El clásico rosarino explotó a los 65 minutos. En ese momento se rompió el partido. Las especulaciones se hicieron trizas. Y los mercaderes de las profecías amañadas una vez más quedaron en ridículo. Un centro de Bíttolo encontró en soledad a Lema en el corazón del área y su cabezazo estremeció por sorpresa al Gigante. Gol de Newell’s. Delirio leproso. Los canallas sacan del medio. Una sucesión de cabezazos deriva en un frentazo de Gil hacia las entrañas rojinegras y Riaño, con un toque, desaira a Aguerre y ahora el estadio estalló de felicidad. En un puñado de minutos todo fue emoción, sufrimiento, alivio y otra vez emoción.

De ahí en más el partido tuvo dos equipos en pugna abocados a ganar. ¿Quién dijo que todo estaba perdido? Central y Newell’s hicieron todo para triunfar. Por eso el empate final es irreprochable. Porque sepultaron las especulaciones de todo tipo. Y así le hicieron muy bien al fútbol.

Es que no siempre el empate es la conclusión de dos equipos que no quieren. Muchas veces es la consecuencia inevitable de un partido en el que las ideas no siempre alcanzan para desequilibrar. Hubo determinación para llegar al arco de enfrente. Coraje y osadía. Suficiente para que los conjuntos se fueran con la frente alta.

El inicio fue con más dinámica que ideas. Con velocidad pero sin orden. Con mayor ímpetu que claridad. Por eso los primeros quince minutos se diluyeron mientras el partido no terminaba de configurarse.

Los pelotazos frontales fueron el común denominador del arranque, buscando más el error ajeno que la combinación propia.

En ese contexto, un despeje de Barbieri quedó corto, la tomó Maxi, se asoció con Denis y Alexis, y así los Rodríguez generaron la primera situación clara, que fue despejada casi sobre la línea por Caruzzo.

Después a los 30 minutos llegó el mejor ida y vuelta. Porque Denis Rodríguez casi la clava en el ángulo con un remate en el que la pelota pegó en el travesaño del arco canalla. Y en la contra Ribas exigió a Aguerre con un disparo fuerte.

De allí al final fue Newell’s el que se mostró con mejor semblante ofensivo, y aunque no logró vulnerar, se fue al descanso con una leve ventaja en el trámite.

El complemento arrancó con un Central decidido, y en el primer minuto un remate cruzado de Zabala exigió a Aguerre, quien con las dos sacó al córner. Y de ese tiro de esquina derivaron dos remates que rebotaron en los defensores rojinegros.

A los 15′ del segundo tiempo Central ya se había hecho dueño del control, y Newell’s recién se aproximó al arco de Ledesma, ocasión en la que el arquero canalla chocó con Alexis Rodríguez en el aire y generó el reclamo de penal por parte de los rojinegros.

Hasta que a los 65 el clásico se hizo un partidazo. Porque un centro certero de Bíttolo encontró la cabeza de Lema y Newell’s estalló de alegría.

Pero todo duró poco. Porque enseguida Riaño aprovechó un descuido defensivo de Newell’s y metió la pelota con una sutileza. Empate en uno.

Después fueros pasajes de dos equipos buscando la victoria. Con firmeza y convicción. Sin temores ni especulaciones. Bondades de un partido que concluyó igualado pese a la búsqueda de la victoria.

Formaciones:

Central: Jeremías Ledesma; Nahuel Molina, Matías Caruzzo, Miguel Barbieri (72′ Novaretti) y Emanuel Brítez; Ciro Rius, Fabián Rinaudo, Leonardo Gil y Diego Zabala (69′ Gamba); Sebastián Ribas (88′ Pereyra) y Claudio Riaño. DT: Diego Cocca.

Newell’s: Alan Aguerre; Ángelo Gabrielli, Cristian Lema, Santiago Gentiletti y Mariano Bíttolo; Jerónimo Cacciabue, Julián Fernández y Denis Rodríguez (75′ Villarruel); Alexis Rodríguez (84′ F. González), Lucas Albertengo y Maximiliano Rodríguez. DT: Frank Kudelka.

Goles: 65′ Lema (NOB), 67′ Riaño (RC)

Estadio: Gigante de Arroyito

Arbitro: Andrés Merlos

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